A Sofía Escoda se le nota en la mirada que es maestra por vocación y que siente pasión por los niños. Se percibe cuando se relaciona en las mascletàs con la corte infantil de las Hogueras y se palpó en su reencuentro con sus alumnos del colegio Carmelitas, donde estudió de niña y donde ha hecho prácticas durante dos cursos y ha trabajado como técnico de apoyo en Educación Infantil hasta que su elección como Bellea del Foc le ha obligado a hacer un paréntesis.

«Me llaman seño Sofía y me hace mucha ilusión. Me encanta mi trabajo, te sorprende cómo niños de 3 años utilizan una tablet. En comparación con mi época, están muy acostumbrados a las tecnologías. A veces les subestimas porque son muy pequeños pero te sorprenden a diario», explica la Bellea, que se ha metido de lleno en las Hogueras sabiendo que el próximo curso las clases se iniciarán antes en Alicante para que los niños puedan olvidarse de los libros y disfrutar de la Fiesta a partir del 19 de junio.

Se nota que ellos también la quieren, e incluso cogieron firmas, tan pequeñitos, para que se quedara cuando se le acabaron las prácticas. Cuando fue a verles tras ser elegida Bellea, le hicieron un pasillo, se la comieron a besos y le regalaron una pulsera con un mensaje claro: «la mejor profe». «Están como locos de que sea la Bellea. Alucinan de ver a su seño en los periódicos y en la tele», dice la festera, graduada también en Primaria. ¿Cuál es el secreto?: «El amor y la comprensión, te conviertes en alguien muy importante para ellos», dice Sofía.

Desde su elección como Bellea, ha visitado varias veces el colegio Carmelitas para ver a sus alumnos y a sus compañeras. «La queremos un montón. Fue una alumna excelente, de sobresaliente, con unas calificaciones maravillosas, con una educación exquisita. Sigue siendo la misma, sentimos por ella un inmenso cariño, una parte de lo bueno de los profesores está en Sofía y nos gustaría que se quedara trabajando con nosotros», apunta Felicitas Fernández, jefa del departamento de Ciencias Sociales en un centro de 1.254 alumnos. Por su parte, Celia Pérez, directora de Infantil y Primaria, añadió que es «paciente y dulce».

Ahora ha tenido que dejar a sus alumnos por siete niñas, las del fuego, «educadas y divertidas, con sus caritas tan dulces. Son siete niñas muy especiales», dice la Bellea, que atesora «un montón de recuerdos, todos buenos, del cole, que siempre me ha gustado. Hay maestros que te marcan y quieres ser como ellos».

«La preferimos de profe, la chamos de menos», afirman Edurne, Martina, Álvaro y Marc, algunos de sus alumnos de entre tres y cinco años. Y ella también: «cuánto han crecido en pocas semanas...», dice la Bellea con cierta melancolía.