Mientras en los cines se estrenaban «Fiebre del Sábado Noche», «Annie Hall» y «La Guerra de las Galaxias» (llamarla «Star Wars», era demasiado moderno para una España en la que pocos hablaban inglés) y en los periódicos se recogía la muerte de Charlie Chaplin y Elvis Presley, los españoles acudían por vez primera a las urnas tras la Guerra Civil y la Dictadura de Franco.

De aquel 15 de junio se acaban de cumplir 40 años, los que ahora tienen los 656.000 españoles nacidos en 1977,como Javier Augusto, un alicantino que cumplirá los 40 el 8 de julio y que, como muchos otros españoles de su generación, creció oyendo historias sobre la Guerra y la Posguerra de boca de sus padres y, sobre todo, de sus abuelos. «Mis abuelos me decían que ahora vivimos muy bien y me contaban lo de las cartillas de racionamiento cuando no tenían para comer. Y mis padres también han destacado siempre la fortuna de vivir en democracia», señala, para añadir que «de joven esas cosas te parecen batallitas pero con el tiempo tomas conciencia de que somos privilegiados tanto con respecto a las generaciones anteriores como a lo que pasa en otros países».

Los alicantinos del 77 consultados por este diario están satisfechos por haber nacido en esta época. El cineasta David Valero señala a este respecto que «por supuesto es un privilegio, no solo por poder votar, sino porque sin la democracia no habrían llegado logros como la libertad de género o la libertad sexual. Aquellas primeras elecciones supusieron un enorme cambio para España». Con todo, Valero cree que la situación actual es «muy mejorable» sobre todo «por la corrupción que empaña la política».

También se muestra muy crítica con la situación actual Anabel Villegas. «De los políticos de ahora no me gusta ninguno, no veo que arreglen nada, no solo a nivel económico sino, por ejemplo, con la educación, con constantes cambios en función de quien gobierna, o con los autónomos que somos los que aguantamos España y no nos apoyan». De lo que le ha contado su familia sobre el franquismo y la Transición, Anabel recuerda especialmente el golpe de Estado de 1981. «Estábamos de fiestas en Xixona y se suspendieron, y todo el mundo se fue para casa».

Aunque nacieron el año de las primeras elecciones democráticas, algunos de los alicantinos del 77 consultados por este diario dudan el responder a la pregunta de quién las ganó, y una mayoría cree que fue Felipe González en vez de Adolfo Suarez. Todos saben quién es González y sitúan a Suárez como una figura clave de la Transición, pero más de uno no sabe quienes fueron Santiago Carrillo o Manuel Fraga.

Ésta es de las primeras generaciones que estudiaron la reciente historia de España, pero sobre todo conocen esta época por lo que escuchaban en casa. David Valero, por ejemplo, tuvo la oportunidad de escuchar la doble versión sobre la Guerra ya que cada uno de sus abuelos estuvo en un bando.

A Rosa Climent su madre le contaba que fue a votar con ella en el carrito con apenas 9 días «y sobre todo mis abuelos me hablaban de los cambios que se estaban viviendo en el país, por ejemplo en los derechos de las mujeres». Rosa destaca la evolución de España en este tiempo, y confiesa riendo que «me veo como una abuela cebolleta pero creo que hay incluso demasiado libertinaje». Con respecto a la política actual, cree que hay mucho desasosiego entre los ciudadanos. «Ya no confiamos en nadie por la corrupción. No sé si antes había también y no se sabía, pero lo de ahora es un escándalo».

Andrés López, padres de dos niños de 10 y 6 años, indica que en el colegio sí estudió sobre la Dictadura y la Transición, pero que sobre todo «me gustaba oír a mi abuelo hablar de la Guerra y la Posguerra y de cómo él tuvo que estar en un bando y a su hermano le tocó el otro y ya no volvió a saber más de él». Convencido del valor de la democracia, asegura que siempre vota y, con respecto a la situación actual, también cree que «vamos para atrás porque cada vez hay mayor división entre ricos y pobres y la clase media está desapareciendo de forma radical. Además entre los trabajadores hay miedo a perder el empleo y se trabaja por cuatro duros con peores condiciones laborales».

También la alicantina Paloma Beltrán creció escuchando en casa hablar de la reciente historia de España «porque mi padre siempre defendía la época de Franco». Ella, sin embargo, es una clara defensora del sistema democrático «porque es básico poder elegir» y asegura que siempre vota. Con todo, se muestra tajante al afirmar que no le gusta la política debido «al egoísmo y los intereses particulares de los partidos y de los políticos».