La Guardia Civil ha detectado nuevas infracciones de control sanitario del pescado en el Mercado de Abastos Central de Alicante y en la Isla de Tabarca, donde han detectado distintas capturas sin documentación o todavía inmadura, según un comunicado del instituto armado.

Estas infracciones, que según las fuentes perjudican al resto de empresarios del sector y ponen en peligro la salud del consumidor, han sido realizadas dentro del Plan Anual de Control e Inspección de Actividades Pesqueras del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Alicante.

Los agentes han incautando 26 kilos de pescadilla inmadura, 10 cajas de marisco sin etiqueta de procedencia, dos ijadas de atún de unos 13 kilos y 50 kilos de gallinetas y lecholas sin etiquetado, así como 22 kilogramos de langosta y bogavante vivo, pero sin documentos de procedencia.

Por ello, han instruido dos actas a sendos puestos de venta de pescado por la tenencia para comercialización de pescadilla con tamaño no reglamentario así como con falta de etiquetado y trazabilidad, al parecer, procedentes de las lonjas de Santa Pola y Villajoyosa donde han sido comercializados fuera del control de la lonja.

Igualmente se ha procedido a instruir acta a otro puesto de venta, por la tenencia y comercialización de ijadas de atún rojo, especie altamente migratoria con especial control sobre su captura y comercialización por institución internacional ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico).

Los vendedores no han podido acreditar su trazabilidad desde su captura hasta su comercialización, según las fuentes.

En la misma intervención, se ha localizado en otro puesto de venta mayoritariamente de marisco, donde se observó la existencia de marisco distintas especies (gamba, quisquilla, cigalas, langostinos, etc) presentadas para su comercialización como productos frescos, aunque las etiquetas que presentaban correspondían a capturas del mes de marzo.

Se solicitó la colaboración de la Inspección de Salud Pública de Alicante y la totalidad de marisco expuesto fue intervenido al poder por las irregularidades y porque la falta de trazabilidad podía suponer un riesgo por su consumo.

En la Isla de Tabarca, donde los agentes del SEPRONA realizaron una inspección de incógnito para que los infractores no hicieran "desaparecer" a carga, se interceptó la descarga de pescado procedente de un barco de artes menores y que iba a ser vendido directamente a un restaurante de la zona.

El barco fue denunciado por práctica ilegal, al no presentar a primera venta la captura en la lonja, y venderlo de forma clandestina a restaurantes, sin control sanitario.

El restaurante implicado tenía en la cámara frigorífica unos 50 kilos de la misma especie, gallinetas y lecholas, que carecían de etiquetado y trazabilidad, por lo que el pescado quedó incautado hasta la presentación de la documentación de procedencia.

Durante la inspección en otro local, los agentes descubrieron un acuario para consumo, 22 ejemplares vivos de langostas y bogavantes que carecían de documentación y que también fueron incautados cautelarmente.

Según las fuentes, el hecho de llevar las capturas a la lonja tiene dos razones, además del pago de los correspondientes impuestos por la pesca realizada, el control sanitario de las especies capturadas, que luego son destinadas al consumo humano.

Además, alertan de que cualquier venta que se realice sin este control sanitario pone en riesgo la salud de los consumidores finales.

Los agentes realizaron un reconocimiento de la isla, especialmente de las áreas de recogida de residuos urbanos, con el fin de verificar la gestión de los mismos, y observaron algunas deficiencias que fueron puestas en conocimiento de la Policía Local para su resolución.