La noche más calurosa de lo que va de año ha provocado que en algunos municipios de la provincia como Pego e Ibi la temperatura mínima no haya bajado de los 23 grados, lo que en términos climáticos se considera una "noche tropical" en toda regla, ya que además ha venido acompañada de un alto grado de humedad. En la franja litoral, la mínima fue de 20 grados en lo que supone ya un anticipo del verano que arranca la próxima semana y que, según los últimos pronósticos del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, será una estación muy cálida, más incluso que el verano de 2016. Para hoy se esperan máximas de 38 grados en el interior, sobre todo en la zona de Villena y Alcoy, y de 32 en la costa. En Villena están ahora mismo a 39 grados y en Pinoso a 36 grados.

La Agencia Estatal de Meteorología ha decretado la alerta amarilla -casi roja en el interior de la provincia- ante la previsión de que hoy se recrudezca la situación meteorológica que ha provocado la invasión de aire sahariano en toda la península. Va hacer mucho calor y, además, con humedad, y aunque la brisa aliviará la jornada en la costa, se esperan que en muchas poblaciones se superen los 30 grados. Lo peor en el interior y mucho más mañana donde los termómetros pueden alcanzar los 38 grados con humedad de hasta el 70%. Y, además, 40 grados en la cuenca del Tajo donde el calor abrasador aumentará la evaporación en los más que castigados embalses de Entrepeñas y Buendía, puerta del clausurado trasvase Tajo-Segura.

Las condiciones atmosféricas vienen marcadas por una intensa insolación que favorece el recalentamiento de la masa de aire, estacionaria, sobre el interior de la Península. Esta situación meteorológica se mantendrá al menos hasta el principio de la semana que viene, sin cambios en la masa de aire, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología.

Desde 1980 el número de noches tropicales en Alicante ha pasado de apenas ocho o diez, a más de 30 en la actualidad en el trimestre comprendido entre julio y septiembre. Las noches tropicales son uno de los indicadores de cambio climático que se están investigando. Esto se debe, en gran parte, al calentamiento del mar Mediterráneo, que se viene observando en estas latitudes desde 1990. Desde entonces, la diferencia es clara: el agua permanece más caliente en verano. Este junio alcanza los 23ºC, cifra que correspondía a julio y además se mantiene más tiempo durante todo el verano con récords de hasta 27 grados.