La importancia de la Educación para enfrentarse al nuevo mundo que ha traído la tecnología y al que traerá su vertiginoso avance es una constante en el discurso de la ingeniera Nuria Oliver y lo aborda desde distintas perspectivas.

Por un lado, se pregunta si desde el punto de vista académico «estamos preparando a nuestros hijos para el mundo en el que viven para que realmente puedan contribuir a su desarrollo y sean competitivos» y puso como ejemplo que en España ni se habla en la formación del pensamiento computacional, mientras que la mayoría de países europeos lo están incluyendo ya en sus programas educativos.

Y por otra parte, destacó la importancia de una educación para desarrollar la inteligencia social y emocional que les ayude a lidiar con el mundo digital. «Los adolescentes ya no usan el móvil para hablar, el cara a cara casi no existe y hay que darles herramientas si queremos seguir siendo la especie humana que conocemos hasta ahora», advirtió.

Para Oliver, estamos acostumbrando a los niños a las gratificaciones inmediatas y al constante estímulo externo con el uso de las nuevas tecnologías. «Las cosas difíciles en la vida no son las inmediatas, detrás del éxito existen años de trabajo que la gente no ve», consideró, para después preguntarse «¿qué pasa si dejamos de estar aburridos un solo momento?, se perderá la creatividad y además es necesario saber estar con nosotros mismos sin estímulos externos continuos», alertó. «Frenar el progreso tecnológico es poner puertas al campo, es necesario tomar una decisión como sociedad», demandó la experta.

Por otra parte, cuestionó que frente a un mundo en constante cambio y con avances tecnológicos tan rápidos, la administración pública no aproveche la tecnología a su alcance. «El progreso tecnológico es exponencial y el de la administración pública no lo es, debe afrontar los retos burocráticos y lo mismo ocurre con frecuencia con las grandes empresas, pero estas colaboran con start ups para conseguir mayor agilidad y rapidez», señaló. Por lo que respecta al cambio en el mundo laboral con la desaparición de empleos y el nacimiento de nuevas profesiones, recomendó «no perder la curiosidad e ir adaptándose a los cambios», algo que describió como «una oportunidad muy enriquecedora de seguir formándose durante toda la vida».