Hacia un nuevo modelo de ley educativa en la que prime la participación. Es la idea que la Conselleria de Educación ha transmitido a los profesionales de la docencia esta mañana. El conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, y el secretario autonómico de Educación e Investigación, Miquel Soler, han expuesto delante de los diferentes agentes de la comunidad educativa los ejes participativos para elaborar la Ley Integral Valenciana de Educación (LIVE).

Los responsables de Educación de la Generalitat han apuntado que "a diferencia de otros territorios, nosotros no disponemos de una norma que enmarque todo el sistema educativo valenciano. Evidentemente que hay un marco legal, pero emana de diferentes leyes y decretos. Por eso vemos la necesidad de una ley integral que pueda definir con mucha más claridad las grandes líneas estratégicas de la educación valenciana".

La mayoría de leyes de educación existentes hacen que los niños se deban adaptar al sistema educativo: "Nosotros pensamos que es al revés, que los alumnos deben estar en el centro del sistema y, por tanto, es el sistema el que debe adaptarse. Las escuelas no son fábricas para sacar réplicas de desigualdades, queremos una escuela crítica, más justa, más inclusiva, más solidaría y más abierta al entorno que ayude a cambiar el modelo productivo de nuestro territorio. Una escuela garante de la igualdad de oportunidades", ha apuntado el conseller.

En este sentido, el máximo responsable de Educación ha destacado la necesidad de trabajar en una normativa autonómica "que blinde presupuestariamente la inversión en educación y que tenga en cuenta el aprendizaje a lo largo de la vida, con un consenso pedagógico".

El objetivo es contar con un borrador de ley a finales de año a partir de las diferentes aportaciones, de los cuestionarios y de las reuniones con los diferentes colectivos.

La futura Ley Integral Valenciana de Educación "emana del Acuerdo del Botánico, que tiene en cuenta la creación en el año 2011 de la comisión de estudio no permanente en Les Cortes para estudiar las técnicas y actuaciones para mejorar el rendimiento escolar y las posibilidades de empleo de los jóvenes, que generó la aprobación de la resolución 566/VIII en marzo de 2015".

A partir de este trabajo en Les Corts, la CEV elaboró un decálogo bajo el paraguas de la Estrategia Europea 2020, donde se planteaban los desafíos vinculados y enfocados al desarrollo educativo del alumnado. Los desafíos se vertebran en líneas fundamentales como la motivación, la implicación, el bienestar, la autonomía, responsabilidad y autoexigencia, el pensamiento crítico y creativo, la maduración equilibrada, la participación y protagonismo, la convivencia, la implicación de la familia, la calidad del ocio, el talento y rendimiento de aprendizajes.

Los 12 desafíos han tenido como resultado 343 propuestas de acción concretadas en un documento estratégico, fruto de procesos de participación ciudadana.

"A partir de estos documentos de diagnosis y reflexión, queremos dar un paso más allá y hacer partícipe a toda la comunidad educativa, de forma individual y de forma colectiva, a través de un proceso consultivo para la elaboración de la Ley, ya que hay que escuchar a los especialistas y a los que están en el día a día en las aulas, pues debe ser una ley en la que participe la comunidad educativa y que se apruebe con el máximo consenso posible", ha explicado Marzà.

Por su lado, Miquel Soler ha trazado las líneas participativas del proceso, que constan de un calendario de reuniones para escuchar antes del verano a los sindicatos, grupos parlamentarios, asociaciones de directores, asociaciones de inspectores, AMPA, escuelas de Magisterio, patronales de la escuela concertada, cooperativas y patronales de la enseñanza privada, entre otros.