Los Presupuestos Generales del Estado de 2017 han venido a confirmar que el Gobierno ha desechado la idea de completar una autovía gratuita entre la Comunidad Valenciana y Cataluña, que sea una alternativa a la autopista AP-7 a lo largo de gran parte del corredor mediterráneo. Las cuentas estatales para este año asignan cantidades simbólicas a los proyectos para ejecutar los tramos pendientes en el norte de Castellón y el sur de Tarragona, mientras que más al norte de esta ciudad ya no se contempla actuación alguna. Con ello, se corrobora que, al menos a corto o medio plazo, utilizar la AP-7 será obligado en varios tramos si se quiere hacer un viaje de largo recorrido siguiendo vías de alta capacidad.
Los diversos tramos en los que se ha dividido el proyecto de autovía entre Vilanova d'Alcolea (Castellón) y El Perelló (Tarragona) tienen dotaciones presupuestarias de entre 100.000 y 510.000 euros, y una proyección máxima de 561.000 para el ejercicio siguiente. Estos tramos suman una longitud aproximada de 105 kilómetros, y permitirían prolongar la autovía que, desde Sagunto, discurre en paralelo a la AP-7 hasta el aeropuerto de Castellón. En las proximidades de El Perelló, la futura autovía conectaría con otro tramo de 50 kilómetros de longitud que también va paralelo a la autopista, en servicio desde hace varios años, y que finaliza pasado Tarragona. Esto permitiría llegar a la ciudad catalana desde Alicante -y más aún, desde Málaga- sin pagar un solo euro en peaje. Sin embargo, la posibilidad queda prácticamente descartada, aunque oficialmente el proyecto de completar esta autovía no quede enterrado en un cajón.
Hoy por hoy, hacer un viaje de Alicante a Barcelona en coche implica un desembolso mínimo de 20,35 euros en peaje, si quiere realizarse por vías de alta capacidad y aprovechando al máximo los tramos de autovía existentes. El pago resulta prácticamente obligado entre Torreblanca (Castellón) y l'Hospitalet de l'Infant (Tarragona), así como desde Altafulla, un poco más al norte de la capital tarraconense, hasta Barcelona. La alternativa al peaje en esta zona es la carretera N-340, que en el norte de Castellón y sur de Tarragona presenta una siniestralidad muy elevada por el intenso tráfico de camiones, los cuales evitan en su mayoría el paso por la autopista, donde el peaje es más caro para ellos, de al menos 30,85 euros. Esta vía ha mejorado algo al construirse las variantes de Benicarló y Vinaròs, en Castellón, y l'Aldea, en Tarragona, pero aún así la circulación es bastante densa. Si se opta por hacer de tirón por la AP-7 el recorrido de Torreblanca a Barcelona, el peaje asciende a 25,85 euros para coches y 39,90 para camiones y autobuses.
En el resto de la Comunidad Valenciana, la autovía alternativa a la AP-7 se completó en 2011, año en que se abrieron al tráfico tanto el recorrido en el norte de la provincia de Alicante -evitando entre otros el paso por el Barranc de la Batalla- como en la provincia de Castellón. Entre el lugar donde acaba el desdoblamiento -el aeropuerto castellonense- y Torreblanca la Generalitat construyó la carretera CV-13, que permite enlazar con la AP-7 y la N-340. Todo el tráfico pesado se ha desviado por este eje, tal y como muestran los últimos datos del Consell: un 52,2% de los 10.591 vehículos diarios que circularon de media por esta carretera el año pasado fueron camiones. Y desde la provincia de Alicante es casi obligado ir por allí si se quiere ahorrar algo de peaje.
