? Alejandro Jaén tenía 32 años y era natural de Senija, aunque residía en Benissa, localidades separadas por apenas un par de kilómetros de distancia. Deja viuda y un hijo de cuatro años. Trabajaba en «mañans», la empresa de carpintería metálica de la familia de su mujer. El suceso causó una honda conmoción en un pequeño municipio en el que todos los vecinos están de alguna forma vinculados entre sí. Su alcalde, Josep Ivars (Compromís), manifestó la «gran pérdida» que supone el fallecimiento del ciclista. «No hemos perdido un vecino, era medio familiar de todos», aseveró. Josep Ivars recordó que el ciclista fallecido procedía de una familia «ejemplar» y muy vinculada a este deporte, ya que su padre, que fue alguacil en Benissa, era también entrenador del club de ciclismo de esta localidad. Por su parte, la viuda del joven fallecido, Esther Ivars, señaló a este periódico que Alejandro «se desvivía por su familia y estaba siempre pendiente de su hijo», el cual, por su parte, «estaba loco con su padre», a quien consideraba «su héroe». Alejandro había participado en algunas competiciones ciclistas, a las cuales habían acudido su mujer y su hijo para apoyarle, como el Tour del Juguete de Ibi, celebrado la semana pasada.