Los dueños de perros de Alicante están obligados a inscribirlos en un censo local que persigue el control sanitario de las especies animales y que obliga al pago de una tasa de 30,05 euros. El censo actual incluye a cinco mil canes pero el gobierno municipal es consciente de que está desfasado y quiere abaratar la tasa para facilitar el registro, para lo cual modificará la actual ordenanza. Según el censo de la Generalitat, basado en los perros con microchip de acuerdo a los datos facilitados por el Colegio de Veterinarios, en Alicante hay realmente más de 35.000.

Esta iniciativa se suma a un endurecimiento del control de las mascotas por el Ayuntamiento, dado el problema de la falta de limpieza en la ciudad y las quejas por los excrementos. Patrullas policiales están recorriendo distintos puntos para informar a los ciudadanos que pasean con perros, indicándoles dónde pueden permanecer y no, y recordándoles la obligatoriedad de recoger las deposiciones, como aviso previo a las sanciones.

La tasa de inscripción en el censo está recogida en una ordenanza que fija también precios por la renovación de la inscripción, el cambio de titularidad, la captura si se pierde, la observación por facultativos si muerde a alguien, o la estancia y manutención en dispensario municipal. Se aplica una exención del 50% si el perro es adoptado en la Protectora.

El dato actual, 5.000 perros, se debe actualizar «porque hay algunos censados de 1995 que ya han muerto. Hay una propuesta (de Protección Animal) para dejar la tasa en 10 euros, y casos en que no se cobrará y el dueño quedará exento para facilitar que la gente se inscriba. El censo es obligatorio pero no es muy realista», dijo el veterinario municipal Francisco Mena. Otras fuentes indicaron que «ahora hay pocos inscritos por los 35 euros que puso el PP, que con chip o vacunas se van a 60 euros. Queremos hacer una campaña informativa para incentivar la inscripción», dijeron.

Entre los canes de Alicante, cada vez los hay de mayor tamaño. El veterinario Juan Manuel Griñán explica que se debe a la mayor concienciación en adoptar, gracias a la labor de algunas protectoras frente a otras que optan por la eutanasia al pensar que los ejemplares de gran tamaño tienen peor salida. « Estamos en una época de solidaridad sobre mascotas, influenciada por los medios de comunicación, las redes sociales y por los nuevos grupos políticos. Perros del campo, de cazadores, muchos de ellos maltratados y en pésimas condiciones, han pasado a la ciudad gracias a las protectoras, que les han buscado adoptantes, y al cada vez mayor control que realiza el Seprona sobre grandes grupos de perros. Cada vez son más las personas que se apuntan a colaborar con asociaciones animalistas, cada vez hay más cultura del no compres, adopta». Según Griñán, los reportajes en televisión sobre el tráfico de cachorros desde países del Este de Europa ha perjudicado su venta, que ha caído en picado. «La mejoría de la economía también influye en la decisión de tener una mascota, por las bajadas de precio de los servicios veterinarios y productos de alimentación». Afirma que ahora hay un boom de perros mestizos y menos de razas puras.