Los estibadores del Puerto de Alicante inician hoy ocho jornadas de huelga, que se prolongarán hasta el 23 de junio, en defensa de sus puestos de trabajo, tras el fracaso de la negociación con la patronal Anesco para alcanzar un acuerdo en el nuevo escenario laboral que se abre con la liberalización del sector. En el Puerto de Alicante están llamados a los los 91 profesionales (70 fijos y 21 enventuales). Para hoy está prevista la entrada de tres barcos, dos portacontenedores que llegan de Tenerife y Lanzarote para seguir también hoy mismo rumbo a Barcelona y un barco para cargar bovinas y partir mañana hacia Egipto. De momento calma total. No hay piquetes, los camiones entran en el Puerto donde hay fondeando un barco granelero en el muelle 17, dos portacontenedores y uno de bovinas.

Jose Castell, portavoz de los estibadores, subraya que "estamos en huelga las horas impares y el resto se trabaja con normalidad. No vamos a coaccionar a nadie ni queremos paralizar el Puerto. Hacemos nuestras asambleas cada hora e informamos a los compañeros pero el que quiera trabajar puede hacerlo".

El Ministerio de Fomento ha fijado unos servicios mínimos de hasta el 100 % durante la huelga convocada por los estibadores en las operaciones que afecten a mercancías perecederas y peligrosas, pasajeros, situaciones de emergencia y productos esenciales para las islas, Ceuta y Melilla. Además, se exigirá el porcentaje necesario del servicio para garantizar un rendimiento no inferior al 50 % del promedio del año natural anterior en jornada comparable (horario y tipo de mercancía).

Los paros se llevarán a cabo en las horas impares en el día de hoy, y el 7, 9, 19, 21 y 23 de junio, mientras que para el miércoles 14 está prevista una huelga ininterrumpida de 48 horas, desde las 8 de la mañana hasta la misma hora del viernes 16, según ha informado Efe.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha advertido del daño que supone esta huelga a la economía, teniendo en cuenta que, en el caso de los puertos, a diferencia de lo que ocurre en otros sectores, "las pérdidas se pueden prolongar bastante más allá del punto final del conflicto".

Además, según la patronal, desde el viernes pasado, se están produciendo las bajadas de producción, como medida para forzar la negociación, en algunos casos de hasta un 70% respecto al ritmo habitual de trabajo en la estiba, lo que está ocasionando "inasumibles pérdidas económicas para las compañías, que se encuentran indefensas, y cuantiosos daños al sector del transporte y la logística".

Cuatro días después de que el Gobierno lograra sacar adelante el real decreto-ley, por el que se liberaliza el sector, el pasado 18 de mayo, gracias al respaldo en el Congreso de Ciudadanos y PNV y la abstención de PDeCAT, los sindicatos y la patronal alcanzaron un principio de acuerdo que apuntaba a una rápida solución del conflicto.

Sin embargo, en la reunión celebrada el pasado viernes en la que se esperaba un avance definitivo que pusiera fin al conflicto, la situación ha dado un vuelco, tras un cambio de actitud de la patronal, según los sindicatos.

La parte social acusa a Anesco de dar "un giro" respecto al compromiso con la subrogación de los trabajadores adquirido en el preacuerdo, lo que hace que los sindicatos no vean lógica una negociación colectiva cuando "no sabemos si, finalmente, nosotros somos o no los trabajadores de sus empresas".

Los sindicatos insisten en que es algo que tienen que "saber de manera fehaciente, para poder negociar" y exigen a las empresas que cumplan con la palabra dada y garanticen todos los puestos de trabajo y también que se comprometan a formar parte de los centros portuarios de empleo (CPE).