Las Hogueras daban ayer un paso más hacia el fuego de San Juan con el segundo espectáculo que ofreció la pirotecnia Ferrández, venidos desde Redován con un propósito que acabarían consiguiendo con creces: emocionar a los miles de asistentes que se dieron cita al mediodía junto a la emblemática fuente de Luceros. Una notable seguridad, saltos de exaltación desde la valla y 105 kilos de pólvora fueron los protagonistas de una mascletà con una duración de poco menos de seis minutos.

El segundo disparo del preludio de la fiesta alicantina estuvo marcado por un público entregado a la fantástica exhibición que ofreció la pirotecnia Ferrández, desde donde supieron conseguir y mantener, pese a estar fuera de concurso, un altísimo nivel que distó muy poco de las que actuaciones que sí participan en la competición.

Los aplausos tuvieron un tímido comienzo al termino de la actuación por un final que, por error, no fue claramente conclusivo. Pero tardaron poco en ponerse de acuerdo para arrancar, y, cuando lo hicieron, lo hicieron bien. Ya con el centenar de kilos de pólvora explotado, no solo las belleas esperaban, tal y como marca la tradición, para hacerse la foto con los pirotécnicos. El público enloquecía por la magnífica actuación y una de las vallas, por la que los profesionales de los fuegos articiales pasaron en fila chocando la mano a los asistentes, ilustraba de forma muy representativa este sentimiento. El presidente de la Federación de Hogueras, Manuel Jiménez, se mostró en completa sintonía con la opinión del público: «Me ha parecido fantástica», apostilló.

Y es que ya los primeros estruendos comenzaron como seguirían los restantes, con un carácter muy intenso que turnaba serpentinas de color y volcanes con truenos. Manuel Ferrández, encargado de la pirotecnia, autodefinió su actuación, tras una mascletà muy enérgica, como «muy potente y con la voluntad de ir cambiando el sentido del sonido».

La alta probabilidad de lluvias que esperaba la ciudad respetó la cita del domingo para dejar paso al calor, que fue una constante en esta segunda mascletà fuera de concurso. La afluencia fue multitudinaria y la seguridad resultó máxima con la presencia de Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Bomberos, Protección Civil y voluntarios de Cruz Roja.