El conflicto que enfrenta al Ayuntamiento de Alicante y a los socorristas encargados del salvamento en las playas tuvo ayer un nuevo capítulo al tener que izarse la bandera roja ante el empeoramiento del estado del mar. La Policía Local llevó las enseñas a las distintas zonas de baño, después de que el sábado las requisara para evitar que los operarios las hubieran instalado de forma indefinida en señal de protesta, sin que hubiera necesidad de que ondearan.

La concejal de Playas, Eva Montesinos, confirmó que las banderas rojas se instalaron en torno a las 15.30 horas, pero que no tuvo «nada que ver» la huelga que están llevando a cabo los socorristas. Además, defendió que la operación la hiciera la Policía Local, al ser «la encargada de la seguridad en las playas», aunque el servicio de salvamento esté subcontratado. Mientras tanto, el coordinador de Servicio de los socorristas y portavoz del comité de huelga, Miguel Ángel Morales, criticó que «hasta que el tema no ha trascendido a los medios de comunicación no han venido a cambiar la bandera», y que el sábado ya pidieron, ante el fuerte oleaje, que acudiera la Policía para ello «y no lo hizo».

Desde el sábado ondeaba la bandera amarilla, tras un par de días en que los socorristas mantenían izada la roja en señal de protesta, medida de presión denunciada por el Ayuntamiento por la «alarma social» que generaba. Morales insistió en que ayer, hasta que se izó la bandera roja se produjeron algunas «situaciones de peligro» y que, incluso, se ha tenido que sacar del agua a algunas personas, algo que pudieron hacer al estar «vigilando de paisano». En este sentido, Montesinos les instó a que, si fue así, «que nos den los partes», a la vez que recalcó que «respetamos el derecho a la huelga, pero los servicios mínimos hay que cumplirlos y no se está haciendo».

La edil hizo además hincapié en que la bandera roja se colocó en Alicante a la vez que en la prolongación de la playa de San Juan que corresponde al término municipal de El Campello, y que hasta entonces estuvo también la amarilla. Los socorristas exigen que se subrogue la plantilla con el nuevo contrato de vigilancia; mientras, Montesinos defiende que el pliego de condiciones recoge ese aspecto.