El dispositivo especial que monta la Policía Local los viernes por la noche y los fines de semana resulta a todas luces insuficiente para contener el botellón en el Casco Antiguo y los problemas que plantean la presencia de centenares de jóvenes bebiendo en la calle, que ensucian con orines y vomitonas. De ahí que el Ayuntamiento alicantino vaya a plantear el problema en la próxima Junta Local de Seguridad a la Policía Nacional para pedir refuerzos al entender que se trata de un problema de seguridad ciudadana.

La situación que se vive cada fin de semana entre jóvenes de ocio en el Casco Antiguo y vecinos que reclaman su derecho al descanso se tradujo el pasado viernes en una ruidosa protesta convocada por el «Movimiento Vecinal de Autodefensa del Casco Antiguo de Alicante». Fue una manifestación con cacerolas y tapaderas en la que los vecinos portaron pancartas con mensajes como «Derecho a descansar», «Basta ya de meadas», «No más agresiones» o «Más presencia policial».

Tras esta protesta, la Concejalía de Seguridad anuncia que se abordará este problema directamente con la Policía Nacional para buscar soluciones conjuntas. Fuentes municipales precisaron que la Policía Local ya tiene un dispositivo de control del botellón en el Casco Antiguo, que se demuestra insuficiente con tanta gente, y consideran que ya es materia de la Policía Nacional. El objetivo es conseguir un refuerzo de agentes de este cuerpo de seguridad en la zona.

Las mismas fuentes recordaron que el gobierno tripartito del Ayuntamiento ha mantenido diversas reuniones con las asociaciones de vecinos del Casco Antiguo, y que suya es la iniciativa de crear una comisión para elaborar un plan de reactivación del Barrio que se pueda convertir en motor de la transformación de la zona más histórica de Alicante. Forman parte de esta comisión dos representantes de cada grupo político y están implicadas varias concejalías, la Universidad, la Cámara de Comercio, los colegios profesionales, la Generalitat, la Autoridad Portuaria, sindicatos, vecinos y hosteleros, según se anunció cuando se creó, en marzo.

Coincidiendo con el arranque del otoño pasado, el Ayuntamiento anunció la puesta en marcha en el Casco Antiguo de un plan de choque para mejorar la imagen del entorno atajando comportamientos incívicos. En aquel momento el edil de Seguridad, Fernando Marcos, anunció el refuerzo de la presencia permanente de la Policía Local. En esta línea, se preparó un dispositivo para fines de semana y festivos con ocho agentes y un mando patrullando las calles del Casco Antiguo. Marcos anunció sanciones contra el botellón, los orines en la vía pública o el incumplimiento de la norma por locales.

Sin embargo, parece que estas medidas no han surtido efecto ante la protesta del pasado viernes, en la que un grupo de personas recorrió la zona de ocio con la cacerolada mientras en algunos puntos adolescentes proferían cánticos a favor del botellón.

Según denuncian las asociaciones vecinales, han tenido que poner numerosas denuncias por la presencia de personas «bebidas y drogadas sin respeto por nada, que lo destrozan todo y que han agredido a personas mayores».