El sofocante calor, como el que vivió la Costa Blanca hace un par de años, parece haber dado una tregua a la provincia. Tras un pasado verano más fresco, se estima que el próximo sea muy similar al de 2016; sin golpes de calor ni lluvias.

Durante el verano de 2015 fallecieron tres personas en la provincia por golpe de calor y los termómetros sobrepasaron los 40ºC; sin embargo, como ya ocurriera el año pasado, este 2017 se prevé sin sobresaltos, con algún pico de calor en agosto, pero nada extraordinario.

Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología vaticinan un verano con temperaturas normales para la época del año y seco en cuanto a precipitaciones. No obstante, la probabilidad de las lluvias torrenciales en septiembre u octubre no la señalan aún los modelos. La provincia de Alicante vivirá en el mes de agosto la parte más dura del verano: «Los modelos hablan de algún pico durante este mes, pero dentro de lo normal», afirma Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. En Alicante ciudad la media de temperatura de julio es de 25,5ºC y la de agosto de 26ºC y en 2017 se pronostica que estas marcas no variarán. «Podríamos decir que tendremos el calor normal que corresponde al verano en nuestro territorio», sentencia Olcina.

Noches tropicales

Desde 1980 el número de noches tropicales en Alicante ha pasado de apenas ocho o diez, a más de 30 en la actualidad en el trimestre comprendido entre julio y septiembre. «Las noches tropicales son uno de los indicadores de cambio climático que se están investigando», comenta Olcina. Esto se debe, en gran parte, al calentamiento del mar Mediterráneo, que se viene observando en estas latitudes desde 1990. Desde entonces, la diferencia es clara: el agua permanece más caliente en verano. En julio alcanza 24ºC, cifra que correspondía a agosto y además se mantiene más tiempo.