Hartos de los ruidos y la suciedad que sufren cada fin de semana, un grupo de vecinos del Casco Antiguo se hicieron oír anoche con una cacerolada en protesta por los «oídos sordos del Ayuntamiento» ante sus repetidas quejas. A las 12 en punto de la medianoche y desde la calle Toledo, una treintena de personas comenzaron una manifestación por las principales calles del Barrio haciendo sonar las cacerolas que llevaban en sus manos en señal de protesta. Los vecinos también portaban pancartas en las que se podían leer mensajes como «Derecho a descansar», «Basta ya de meadas», «No más agresiones» o «Más presencia policial».

La marcha duró alrededor de 30 minutos sin que se registrara ningún tipo de incidente. Varios agentes policiales controlaron el desarrollo de la protesta, sobre todo en los puntos donde más cantidad de jóvenes se concentraban de fiesta.

En una de las calles más concurridas por adolescentes, éstos entonaron cánticos a favor del botellón para contrarrestar el estruendo de la cacerolada, sin que se produjera ningún tipo de enfrentamiento. Precisamente el botellón es una de las prácticas que denunciaban los vecinos en su manifestación de anoche.

La Asociación de Vecinos Laderas del Benacantil-Casco Antiguo se desvinculó de la convocatoria después de que en gran parte del Barrio aparecieran carteles para anunciar la protesta en los que se hace un llamamiento a llevar cacerolas y tapas de olla para «hacer ruido» e instar a los residentes afectados a no quedarse en casa y secundar la medida para defender sus derechos. Los convocantes firman como «Movimiento Vecinal de Autodefensa del Casco Antiguo de Alicante» y también se han movido en las redes sociales. No obstante, desde la asociación afirmaban que «a título individual» acudiría quien lo deseara y dicen comprender que los residentes y comerciantes se hayan movilizado ante la situación que viven cada viernes y sábado por la noche. «Hemos puesto mil denuncias porque aquí llegan borrachos y gente drogada que no tiene ningún respeto por nada y lo destrozan todo. Incluso han llegado a agredir a personas mayores. A veces te los encuentras dentro del portal de tu casa y esto no puede ser, muchos de ellos son menores», denuncian desde la asociación.

Además, critican que la Policía «parece que hace huelga de brazos caídos cuando llega aquí porque no interviene».

No es la primera vez que los vecinos del casco antiguo se quejan de las consecuencias de vivir en una «zona de marcha». Desde hace años denuncian los ruidos, orines y vomitonas que dejan tras de sí muchos jóvenes cuando salen a divertirse e incluso llegaron a grabar a algunos de ellos consumiendo droga en plena calle.

Consideran que hay situaciones que «no se pueden tolerar» y ven vulnerado su «derecho al descanso» cada fin de semana.