«Gernika generó un escándalo internacional de grandes dimensiones. Sus secuelas perviven todavía. El provocado por los bombardeos italianos, en particular el de Alicante, fue limitado. En la mayor parte de la historiografía se ignora». Así se pronunció el economista e historiador Ángel Viñas durante su discurso tras ser investido ayer doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante (UA).

Viñas aprovechó que ayer se cumplían 79 años del bombardeo sobre el Mercado Central, que dejó más de 300 muertos y mil heridos, para desarrollar su discurso sobre las seis semejanzas y seis diferencias entre este episodio y el que destrozó Gernika.

La ceremonia se desarrolló durante el acto de clausura del curso académico de la UA, en el que también fueron investidos noventa nuevos doctores, de los 400 que han obtenido este año la máxima distinción académica. De hecho, el rector, Manuel Palomar, señaló que «el hecho de que en los últimos años se hayan incrementado el número de doctores significa que vamos por el buen camino como universidad».

Palomar, le entregó la medalla como atributo de su incorporación al claustro; el birrete como corona de sus estudios; el libro de la ciencia, que simboliza sus secretos; el anillo de oro, símbolo de la unión con la ciencia y con la universidad; y los guantes blancos como símbolo de la pureza y fuerza que sus manos han de conservar y signo de dignidad antes de fundirse en un abrazo con quien dijo le une un «afecto mutuo». El nombramiento a la Junta de Gobierno, aprobado por unanimidad, lo propuso el catedrático de Historia Contemporánea Roque Moreno, que actuó como padrino y pronunció la laudatio.

En ella, Moreno destacó su «larga trayectoria como investigador e historiador que ha compaginado con una amplia trayectoria profesional». De hecho, Viñas es políglota, técnico comercial y economista del Estado, catedrático de Economía Aplicada, y diplomático al servicio de la Comisión Europea. Fue también director General de Ordenación Universitaria y Profesorado del Ministerio de Educación y Ciencia en 1981, trabajó para el Fondo Monetario Internacional y fue embajador de la Unión Europea ante la ONU, entre otros cargos. Y está vinculado a Alicante, donde pasó los veranos de su infancia y juventud.

Pero esta máxima distinción universitaria se refiere en especial a su «obsesiva búsqueda de la verdad» desde que Fuentes Quintana le encargó el estudio de la financiación nazi de la Guerra Civil. «Desde que en 1970 entró en los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán se enamoró de la investigación histórica. Continuó a su vuelta a España con la investigación sobre el llamado oro de Moscú», explicó Moreno.

Así, ha sido su afán por «desmontar la manipulación de la historia y el carácter crítico y polemista de sus escritos junto a la búsqueda de la verdad» buceando en las fuentes primarias de la Historia lo que le ha valido su reconocimiento como Honoris Causa por la UA. Su trilogía sobre la Guerra Civil y sus biografías de Francisco Franco lo convierten, para Moreno, en el mejor referente para los historiadores contemporáneos. Y lo calificó de «azote de autores, académicos o mediáticos que intentan perpetuar mitos y leyendas sobre la Guerra Civil y el franquismo y denigran el trabajo académico riguroso sin aportar más que la calumnia y la ausencia de trabajo de archivo serio y documentado».

En su amplio y pormenorizado discurso, Viñas enumeró y desarrolló las seis semejanzas entre los dos bombardeos. Ambos, dijo, se dieron en centros urbanos, en operaciones de castigo contra población civil y fueron perpetrados por aviación extranjera. Además, «hubo responsabilidades conjuntas y se han aplicado pautas de encubrimiento similares» al tiempo que persisten «lagunas documentales». El historiador defendió que pese a que Franco prohibió «el bombardeo de ciudades salvo que mediara autorización expresa» y si fue Musolini quien ordenó por su cuenta el bombardeo sobre Alicante «¿quién ha encontrado la protesta de los mandos franquistas?».

En cuanto a las diferencias, resaltó además del distinto eco generado en cada lugar, que en el caso de Alicante sólo intervino aviación italiana, mientras en Gernika predominó la alemana con apoyo italiano; que en Gernika la destrucción de la villa fue casi total, mientras en Alicante la destrucción física fue mucho menor; las grandes controversias en torno al número de víctimas en el País Vasco; que en Gernika los historiadores alemanes contribuyeron decisivamente a aclarar gran parte de lo sucedido,mientras en Alicante la historiografía italiana y, en general extranjera, «han pasado de rositas». Y «el empeño y la la dedicación de historiadores españoles, con autores alicantinos o conectados con esta ciudad en primera línea, para aclarar lo ocurrido», tras lo cual realizó un ensalzamiento de la historiografía local en general y en este caso en particular.

Al acto asistieron los vicerrectores, los decanos de las seis facultades y el director de la Escuela Politécnica Superior. Y en la mesa presidencial, junto al rector, se sentaron la directora general de Universidades, Josefina Bueno, el director general de la Agencia Valenciana, el presidente del Consejo Social, Francisco Gómez, y la secretaria general, Esther Algarra.