Alicante va a escapar a la ola de calor que, según la Agencia Estatal de Meteorología, va a cocer España esta semana pero las temperaturas máximas subirán hasta los 28 grados todos los días hasta el fin de semana. La entrada de aire del desierto en la Península es la causa de este subidón térmico más propio de finales de junio que de altura del mes de mayo al que nos encontramos. Lo peor sigue siendo que el tiempo soleado elimina la posibilidad de las lluvias en una situación que empieza a ser de alarma en media España.

Jornadas para ir a la playa ya que, por otro lado, en muchos puntos del litoral la temperatura del agua está ya en los 21 grados. A la temperatura máxima se unirá el fuerte grado de humedad del aire, circunstancia que en la franja litoral aumentará en tres y cuatro grados la sensación térmica. Con lo cual y como ejemplo, con una máxima de 28 grados la sensación térmica será de 30 grados o más en función del grado de humedad del aire que ayer alcanzó el 70%.

Lo peor, que no hay ni rastro de lluvias en toda España. Los embalses de Entrepeñas y Buendía, cabecera del trasvase al Segura, están en situación de «trasvase cero» y a partir de junio sólo una orden del presidente del Gobierno permitiría enviar algún hectómetro cúbico y sólo para el abastecimiento urbano. La falta de agua para regadío en la provincia de Alicante dada la delicada situación de la cabecera del Tajo ha llevado a los agricultores que reciben los caudales del trasvase a buscar recursos de forma desesperada y, pardójicamente, se ha abierto una negociación con la valenciana Acequia Real del Júcar, pese a que la cuenca que cede el agua para el Júcar-Vinalopó tampoco atraviesa por su mejor momento y siempre ha sido contraria a enviar caudales a Alicante.

La desaladora de Torrevieja también «pincha» ya que sólo puede producir 25 hm3 al año cuando se diseñó para ochenta.