El ADN de los restos biológicos hallados en la mano izquierda de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, no se corresponden con el del yerno de la mujer asesinada y principal sospechoso del crimen, Miguel López, según pudo confirmar ayer este diario en fuentes cercanas a la investigación judicial.

María del Carmen Martínez murió asesinada de dos disparos en la cabeza la tarde del 9 de diciembre del año pasado mientras recogía su coche de las instalaciones de Novocar, un negocio de automoción vinculado al emporio familiar. Cuando estaban a punto de cumplirse dos meses del crimen, la Policía detuvo como presunto autor material a Miguel López, yerno de la víctima y que entonces regentaba la empresa en la que se tiroteó a la víctima.

Tras pasar 39 días en prisión preventiva, el juez dejó en libertad bajo fianza de 150.000 euros a Miguel López. La instrucción judicial está en su recta final, a falta de que lleguen los informes periciales que estaban pendientes, entre ellos, éste de los restos biológicos.

El Servicio de Biología del Instituto Anatómico Forense tomó varias muestras del cadáver durante la autopsia para buscar ADN que arrojara algún tipo de luz sobre la identidad del asesino. Este trabajo reflejó que en la mano izquierda había material genético de origen masculino.

El juzgado había ordenado el cotejo de estas muestras con las del único detenido por el asesinato para confirmar si se correspondían, aunque fuentes consultadas por este diario no confiaban que el resultado fuera esclarecedor dado que el propio Miguel López aseguró que entregó las llaves del coche en mano a su suegra cuando fue a recogerlo, por lo que el material biológico habría podido transferirse en ese momento.

Descartado que el ADN sea de Miguel López, tocaría ahora averiguar a quién corresponde. Los investigadores tampoco descartaron en su día que pudiera pertenecer a los empleados de Novocarque encontraron malherida a María del Carmen (el jefe del taller y el encargado del lavadero) o al personal sanitario que la atendió agonizaba en el suelo tras recibir los disparos.

Resuelta esta diligencia, quedan por conocerse los datos de la tarjeta prepago que el sospechoso compró cuatro días después de la junta de socios en la que su mujer y las otras dos hijas de la víctima fueron cesadas en el consejo de administración del emporio familiar.