Si alguna licencia se permiten las empresas de comedor para aguantar el tirón -a raíz del retraso de hasta cinco meses en el pago de la Conselleria de Educación a los colegios públicos, que son a su vez quienes tienen que abonar los menús becados a las empresas de comedor con esos fondos públicos que no reciben- es la referida a la especies de pescado que eligen para los niños.

La cantidad de platos diarios a servir no les permite presentar los pescados de primera línea y se decantan por otro de la misma especie más acorde con el precio de los menús a 4,25 euros.

Así, en lugar de mero se suele servir fogonero; en lugar de bacalao se opta por el adabejo; y al lenguado se le sustituye también por otro de su especie más asequible, el fletán.

Buscan pescados sin espinas y seguros para la comida diaria de miles de niños. La situación que atravesamos es tan exigente y complicada que «cada vez cuesta más gestionar una empresa de comedor, mientras que cualquiera puede dar de comer en un bar», indican firmas de la provincia especializadas en el sector.

Fritos

El aceite que se usa para freir, por poner un ejemplo, es de girasol pero con una duración corta, de modo que cada dos usos aseguran estas empresas que lo desechan. «El de girasol aguanta más temperatura sin quemarse, pero cada vez que se hace una fritura se quedan posos que no conviene mantener. Hay que ser muy estrictos en todos los extremos de la alimentación», subrayan.