¿Para cuándo la recuperación de la financiación que las universidades tenían el año 2010? Los fondos que reciben las universidades están un 16% por debajo de lo que tenían hace siete años, y entre los asistentes al coloquio con el conseller de Educación no faltaron las preguntas sobre el abandono financiero que sufren las universidades. Vicent Marzà focalizó el problema en «la herencia» de la abultada deuda que el anterior Consell, en manos del PP, ha dejado por pagar a los bancos. Cifró en 99 millones de euros el dinero que se ha destinado en un año para ir saldando este débito y se lamentó de que «había que pagarlo y regular la situación. El problema es que ese pago no tiene ningún impacto en la vida de la gente, no la ha mejorado», abundó.

Una vez más, el conseller puso sobre la mesa la falta de financiación por parte del Gobierno central: «No podemos comprometer nada sin saber los ingresos que tendremos», alegó en referencia a las universidades.

Pese a esta situación de partida, Marzà subrayó la apuesta del Pacto del Botánico por paliar la falta de recursos de las familias a la hora de que sus hijos vayan a la universidad aumentando las becas. Recordó los seis tipos de ayudas creadas para favorecerlo e incluso subrayó la intención de modificar el sistema de acceso de los alumnos antes de acabe esta legislatura. «Nos gustaría que las personas pagaran en función de sus recursos, que el más tenga pague más, y el que no tenga suficiente no pague nada».

El sistema anunciado por el conseller persigue un sistema de pago de tasas «progresivo», de forma que el coste para ir a la universidad «pueda bajar en función de las necesidades de cada cual, para no impedir a nadie que pueda entrar en la universidad». El conseller reconoció lo «complicado» de esta medida y solo pudo aseverar que «estamos trabajando en ello».

Sí se comprometió con mayor firmeza con la elaboración de un mapa de titulaciones más adaptado al sistema productivo. Valoró que hasta el momento la aprobación de nuevas titulaciones había seguido un trámite puramente administrativo, y frente a este sistema apuntó la adaptación de la oferta del sistema universitario a las necesidades reales y que este mapa estará «consensuado».

Como deseo futurible el conseller apuntó «la desaparición por completo de las tasas de reposición», para que las universidades puedan contratar con mayor libertad. Y finalmente reiteró la intención de vincular las universidades y los centros escolares, medida que recogió de su viaje a Finlandia para conocer de cerca uno de los sistemas educativos de mayor éxito.