Además de las pruebas sobre las competencias lingüísticas, matemáticas y digitales, los alumnos que hagan la evaluación diagnóstica en los colegios e institutos que ha salido por sorteo tienen que completar unos cuestionarios tipo que en cualquier caso van a ser anónimos, igual que las pruebas de conocimiento, pero que deben dar la medida a las autoridades educativas sobre el contexto socio-económico que les rodea.

Las preguntas a las que deberán responder , además de su sexo y el año de nacimiento, buscan saber el país de origen tanto del alumno como de sus padres, si se ha repetido algún curso, la cantidad de días que se ha faltado a clase sin justificar, si utilizan el ordenador o la tablet para hacer los deberes o en clase y la frecuencia con la que lo usan en su caso, y el tiempo que destinan a hacer deberes.

Otras preguntas que forman parte del cuestionario social o «de contexto» que forman parte igualmente de estas evaluaciones diagnósticas se refieren al clima de covivencia de cada centro escolar y cómo la vive cada alumno: si les gusta estar en el centro, si se sienten seguros, si tienen buenas relaciones con sus compañeros y profesores, e incluso que valoren la formación que reciben.

Familia

La situación familiar de cada uno de estos alumnos también se aborda en estas preguntas que se pasarán a los estudiantes para que las completen antes de que empiecen las pruebas de conocimientos el 29 de mayo.

Deberán responder sobre la frecuencia con que se usan los libros, periódicos, enciclopedias o el internet en casa; la cantidad aproximada de libros y de dispositivos digitales y de audio que hay en el domicilio; y el nivel de estudios de los padres.