«Ni partículas de latón ni restos de pólvora» se han encontrado tras el análisis químico-toxicológico de las muestras halladas en el taller doméstico de Miguel López, sospechoso del asesinato de su suegra, María del Carmen Martínez. Los restos fueron localizados en su casa durante el registro practicado el día que fue detenido, dos meses después del crimen.

Además de unas «sustancias pulverulentas»recogidas sobre la mesa de trabajo de esa especie de taller y de otras localizadas justo debajo, en una grieta, también se han analizado por parte del Laboratorio Químico-Toxicológico de la Comisaría General de Policía Científica dos prensas sin que del resultado se pueda establecer alguna relación de estos restos con los proyectiles que acabaron con la vida de María del Carmen, que fueron previamente modificados.

La conclusión de esta prueba, que ayer fue notificada a las partes, se suma a la de la sección de Balística Forense, que tampoco pudo encontrar conexión entre la manipulación de los proyectiles y las herramientas intervenidas en el domicilio de Miguel López. El informe de trazas instrumentales de las dos balas remitido al juzgado que investiga el crimen de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala afirma que «las lesiones que presentan las dos vainas en sus bordes han sido producidas por acciones de limado, por lo que no se puede determinar la herramienta concreta utilizada para disminuir la longitud de éstas».

El estudio, con el que se pretendía determinar si los casquillos podrían haber sido modificados con los instrumentos localizados en casa del yerno de la víctima, concluye también que las marcas que presenta el cuerpo de una de las vainas (en la otra no se localizó señal alguna) «podrían haber sido producidas por el pinzamiento por un instrumento tipo banco o prensa de fijación, pero en ningún caso es alguno de los dos intervenidos».

Los resultados de estas dos diligencias juegan a favor de la exculpación del sospechoso, pendiende que la Audiencia ratifique o no su libertad.