«No estamos ni un día tranquilos. Ahora lo de limitar a un representante de cada grupo en la Comisión de Investigación de Comercio en vez de dos cuando la paridad entre los grupos es la misma. No hay quien lo entienda». Así se expresaba ayer un miembro del tripartito que gobierna Alicante en alusión al alcalde, Gabriel Echávarri . Y es que, las constantes polémicas que afronta el equipo de gobierno y que con frecuencia parten de la primera autoridad local, son, a juicio de sus socios y de parte de su propio grupo, causa de la imagen negativa del tripartito en la calle tal como se ha constatado en la encuesta publicada por INFORMACIÓN este fin de semana en la que se muestra que un 63% de los encuestados considera mala o muy mala la gestión de PSOE, Guanyar y Compromís en el consistorio alicantino.

Aunque públicamente intentan mantener las formas, últimamente incluso han desautorizado al alcalde, por ejemplo ante el despido de la trabajadora interina cuñada del portavoz del PP, Luis Barcala, que se evidenció como una venganza después de que el PP llevara a Fiscalía los presuntos contratos irregulares de Comercio, área que dirige el propio alcalde. «No sabemos qué hacer con él, pero no es el alcalde que necesitamos», señala un concejal del tripartito mientras otro ratifica que «no salimos de un charco y nos mete en otro. Así es imposible que la ciudadanía valore nuestro trabajo». Las mismas fuentes creen que tampoco hay una línea clara de gestión en el Ayuntamiento. «Damos bandazos porque cada partido hace con sus concejalías lo que quiere y no tenemos un plan claro de actuación», para añadir que «no hacía falta la encuesta de INFORMACIÓN para saber lo que piensa la gente, porque lo vemos nosotros mismos en la calle y es muy preocupante».

Las desavenencias entre los integrantes del tripartito han ido a más conforme va avanzando la legislatura. El primer año fue Miguel Ángel Pavón de Guanyar quien protagonizó algunos enfrentamientos entre los socios de gobierno. Ahora es el alcalde el que está en el punto de mira.