Al alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, le han dado a probar de su propia medicina. Muy solo se vio ayer en la presentación de «ConectAlicante», proyecto de ampliación y peatonalización de la Explanada que contempla la retirada del tráfico rodado del frente litoral. Sus socios en el tripartito, Miguel Ángel Pavón, de Guanyar, y Natxo Bellido, de Compromís, le dieron la espalda y no acudieron al acto, pese a que el regidor se lo había pedido personalmente.
Una ausencia que escenifica la división en el seno del gobierno local, que no pudieron tapar ni los cerca de 200 asistentes al acto celebrado en el hotel Meliá, empresarios, sindicatos, representantes de entidades económicas y sociales, de las universidades, de la cultura y el deporte, a quienes en su mayoría les parece un proyecto ilusionante y bueno para Alicante.
Con el aplauso final de los asistentes, acabó la exposición del alcalde, que llevó el peso del acto con el respaldo en los aspectos más técnicos del autor del proyecto, el ingeniero de Caminos y profesor de la Universidad Jaime Alonso Heras. Micrófono en mano, defendió las excelencias de «ConectAlicante», consciente de que el presidente del Consell, Ximo Puig, pone como condición el consenso de la sociedad alicantina para financiarlo. Los socios dejaron solo a Echávarri sólo un día después de que él les plantara en la presentación del avance del Plan Ciudad. Hasta ahora, Pavón y Bellido habían guardado las apariencias, pero ayer dejaron claro que el plan de la Explanada es de Echávarri, no del tripartito.
Con esa división difícilmente puede prosperar un ambicioso proyecto estratégico que afecta a la fisonomía de la ciudad ya que contempla cerrar la Explanada al tráfico para peatonalizarla y prolongar el tranvía. Nace tocado por la falta de respaldo de los socios y el PSOE solo no lo podrá llevar adelante.
Desde el principio Guanyar y Compromís se mostraron frontalmente en contra del túnel submarino que anunció hace semanas Echávarri para desviar el tráfico por el interior del Puerto. Ante tanta oposición, lo cambió por un puente. Buscando contentarles, el regidor retiró también el puente, al menos de una primera fase de la obra.
Ayer comenzó su exposición diciendo que «ni túnel ni puente, sino el sueño de unir las teselas de la Explanada con el mar» aplazando la estructura a una alternativa de futuro si el tráfico en las rondas se colapsara al retirarlo del frente litoral. Ese puente, anunció, tendría 150 metros, sin impacto visual, y permitiría que pasaran por debajo veleros de 25 metros de mástil.
Los socios de Echávarri creen que primero hay que acabar la Vía Parque, ronda que ejecuta la Generalitat y que lleva años pendiente. En la exposición de ayer, el ingeniero Alonso Heras dijo que en el primer trimestre de 2018 estará conectada además con un nuevo puente y que unirá la Playa de San Juan con San Gabriel. Ximo Puig ha anunciado que presupuestará la obra pero para el año que viene.
También el PP se desvinculó desde el principio del acto y del proyecto, y los ediles de Ciudadanos se excusaron a última hora.
Al menos Echávarri tuvo el respaldo de su grupo municipal al completo. Estuvieron en el acto celebrado en el Meliá los cinco ediles que con él integran el grupo, incluido el crítico Carlos Giménez, así como el exsenador socialista Ángel Franco, pese a que sus relaciones con el alcalde no pasan por su mejor momento. También le arroparon las diputadas Ana Barceló y Sandra Martín, y por el Consell el director territorial de Presidencia en Alicante, Esteban Vallejo. Y el alcalde de San Vicente, Jesús Villar.
