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Se nos acabó el trasvase Tajo-Segura

La sequía obliga a cerrar el acueducto, deja a la provincia sin 160 hm³ hasta final de año y despierta el fantasma de las restricciones

Se nos acabó el trasvase Tajo-Segura

Situación límite. La falta de lluvias sobre la cabecera del Tajo ha provocado que el nivel de agua embalsada en el complejo de Entrepeñas y Buendía haya caído esta semana por debajo de los 400 hm³ (394 hm³ ayer) lo que, según la ley, obliga a cerrar la transferencia de caudales a Alicante y Murcia y deja en el aire el envío de los 160 hm³ que, como mínimo, son necesarios para garantizar el abastecimiento de 54 municipios de la provincia y el sector agrario hasta final de año. Una situación grave que va a afectar directamente al sector agrícola que hasta ahora capeaba el temporal con los recursos de la desaladora de Torrevieja y los pozos de sequía del Sinclinal de Calasparra, fuentes que al no va a haber caudal del Tajo se van a tener que destinar directamente al abastecimiento urbano. Entrepeñas y Buendía almacenan hoy 183 hm³ menos que en mayo del año pasado, y 384 hm³ menos que la media de los últimos cinco años.

El Ministerio de Agricultura ha recortado desde 2016 casi a la mitad el envío de agua de Tajo a la provincia al pasar de los 38 hm3 mensuales que hubieran correspondido con las antiguas normas de explotación, en vigor hasta el pasado octubre, a los apenas 15 hm3 que se aprobaron en el último trasvase de abril. Los regantes denuncian, en este sentido, que sigue sin resolverse el tema de la cesión de derechos (compra de agua en otras cuencas) que se incluyó en el memorándum y no se ha desarrollado.

La cabecera del Tajo soporta el 85% de la demanda de agua y tan sólo tiene el 45 % de los recursos. Este río acusa, además, una fuerte diferencia hidrográfica y climática, ya que tiene una cabecera hidrográfica, en la cordillera Ibérica, y una cabecera pluviométrica en los macizos de Guadarrama y, sobre todo, de Gredos con grandes desequilibrios de lluvias. En la cabecera llueve menos incluso que en el río Segura, con precipitaciones medias anuales que no suelen superar los 500 litros por metro cuadrado. En cambio, en la cabecera pluviométrica, que ese encuentra en la sierra de Gredos, las precipitaciones se sitúan entre 2.000 y 2.500 litros por metro cuadrado al año. Algo denunciado desde hace años por el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante y que sigue sin resolverse.

Alicante se juega más de mil millones de euros al año (casi 167.000 millones de las antiguas pesetas) de la producción hortofrutícola que depende del trasvase. El agua del Tajo es irrenunciable y no se puede sustituir por la desalada, ocho veces más cara. En concreto, Alicante exporta todos los meses a Europa, norte de África e incluso Senegal toneladas de frutas y verduras, cereales, azúcar, café, cacao, carne, lácteos, huevos, carne, semillas y frutos oleaginosos, piensos y hasta tabaco, imposibles de producir sin el agua del Tajo. La facturación mensual de la exportaciones oscila entre los 85 y los 90 millones de euros.

Júcar-Vinalopó

Por otro lado, la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó denunció ayer que la situación del trasvase de aguas desde el Azud de la Marquesa sigue estando mal debido a que aunque están firmados 30 hm³ para este año «en muchos puntos de la margen izquierda como Agost, Monforte del Cid y Huerta de Alicante no puede llegar los caudales porque dos años después y pese a los muchos anuncios la Generalitat sigue sin poner una tubería del postrasvase», denunció ayer Ángel Urbina, portavoz de la Junta Central. Las relaciones entre los usuarios del trasvase y la Conselleria de Agricultura pasan por el peor momento del actual mandato autonómico. No solo por la decisión de Agricultura de recuperar la gestión pública del embalse del Toscar, si no porque desde la Junta denuncian la intervención política de Valencia para tensionar la junta. «El secretario autonómico Julià Álvaro muestra un sectarismo y un desconocimiento atroz porque la Generalitat no es competente en el uso del agua y al gestión del embalse del Toscar nos la dio el Estado, que es el competente. Es más compañeros suyos en la Conselleria piensan exactamente lo contrario» subrayó Urbina, quien, por otro lado, aseguró que «contrariamente a lo que piensa Álvaro, no hemos renunciado a la toma de Cortes de Pallás. Todo lo contrario, pero la sequía nos ha obligado a aceptar el agua de la Marquesa que tampoco llega a todos los puntos del Vinalopó».

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