Salvador Ordóñez, rector de la Universidad de Alicante entre 2001 y 2004, fue nombrado ayer «Alicantino de Adopción» en un acto celebrado en el Salón de Plenos de la Diputación de Alicante.

Con este título la institución provincial reconoce la dilatada trayectoria profesional y académica de Ordóñez, así como su dedicación y vinculación con la provincia en la que ha desarrollado una labor inmensa de conocimiento y puesta en valor de sus rocas ornamentales y donde llegó en 1992 para ser catedrático de Petrología y Geoquímica en la UA.

Ordóñez, natural del municipio asturiano de Lena,agradeció esta designación reafirmando la célebre frase de Roca de Togores: «Alicante es la millor terra del món». En su discurso mencionó que su primera actividad profesional la realizó precisamente en Alicante,en 1972, y recordó a diversas personalidades claves en su carrera y recordó que en seguida se empezó a sentir alicantino «porque la gente de aquí es abierta, tolerante, emprendedora y solidaria». Asimismo, el galardonado repasó su etapa al frente de la Universidad de Alicante como «un periplo en el que defendí la libertad de cátedra y de investigación».

El acto, presidido por el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri y el vicepresidente de la Diputación, César Augusto Asencio, también contó con la presencia de Luis Barcala, portavoz del grupo popular y Daniel Simón, concejal de Cultura, entre otras personalidades. El primer edil, hijo de navarro y asturiana, recalcó que «Alicante es una tierra de acogida desde los años sesenta» y agradeció la presencia de los muchos alicantinos de adopción «que honran a nuestra provincia fuera de nuestras fronteras».

Por último, quiso remarcar un título de Ordóñez de los que no tienen placa: «Ser buena persona». «Conozco a muchas personas que acudieron en algún momento a Ordóñez en busca de ayuda y siempre encontraron una mano tendida», concluyó Echávarri.

Un acto festivo

Las doces casas regionales presentes en la provincia de Alicante acudieron a un acto que amenizó el Grupo de Tambores de la Asociación Hellineros y el Grupo de Gaitas L´Estruendu del Centro Asturiano.

La distinción de «Alicantino de Adopción» fue ideada por la Diputación en 2001 y su primera homenajeada fue la cantante Antoñita Moreno, a la que siguieron Manuel Peláez, Aniceto Benito y Juan Perán Ramos, entre otros.