De zasca a lema para la ciudad: el higiénico motivo por el que Alicante es "la millor terra del món"

El Marqués de Molins, allá por 1841, probablemente no fue quien creó la frase, pero sí fue quien la divulgó

Alicante es "la millor terra del món"

Alicante es "la millor terra del món"

Vicent Ivars

Que « Alacant és la millor terreta del món» es una expresión popular de aquí es algo tan obvio como que el Benacantil, el Montgó, la Font Roja, el Penyal d'Ifac, el Misteri d'Elx o las Salinas de Torrevieja también lo son.

De hecho, también es cosa sabida, aunque no tanto, que el albaceteño Marqués de Molins, allá por 1841, plasmó dicha locución en unos versos que escribió al poeta castellano Manuel Bretón.

La intención de dichas rimas no era otra que la de presumir de las bonanzas climatológicas de Alicante, donde residía el autor y donde, como mucho, sufrimos la complaciente frescoreta alacantina.

«Sepades, señor Bretón,

que de Poniente a Levante,

es sin disputa Alicante

la millor terra del món».

Así arranca el poema, que recoge -junto con otras explicaciones- Armando Parodi en la página web de la inquieta asociación cultural Alicante Vivo. También allí, Ernesto Martín estima que dicho marqués -por nombre, Mariano Roca de Togores- «probablemente no fue quien creó la frase, pero fue quien la divulgó».

Ciertamente, la expresión ya circularía entre la población. Y entonces, si hablamos del pueblo, hay que remitirse al reflejo de su sabiduría: el refranero popular.

Una terreta "lavavajillas"

Porque un dicho muy similar al de « Alacant és la millor terreta del món» es el que reza «Alacant és la millor terreta del món... per a escurar».

Esta versión extendida del lema, con su carga sarcástica, rebajaba el entusiasta chauvinismo. Lo que ahora en castellano digital sería un ¡zasca! y en el valencià de toda la vida, un retruc o nyas coca!

Por cierto: escurar es una de esas voces valencianas que no hallan su traducción literal al castellano, que se explica con «lavar la vajilla o los utensilios de cocina».

En este párrafo toca ahora explicar qué es la terreta d'escurar, ya que los productos de limpieza que guardamos bajo el fregadero han dejado al borde de la extinción tanto el término como su uso. Se trata, pues, de una tierra arcillosa abundante en la provincia y que, por su composición geológica, resulta tan abrasiva como recomendable, pues tras unas buenas friegas deja el menaje de cocina limpio como una patena. Todavía hay quien, en una campestre jornada de paella, mantiene ocasionalmente viva la práctica.

«Habitualmente, en todos los pueblos había un terreno comunal donde la gente iba a proveerse del producto. La tarea era labor de los chavales que iban a hurgar con la azada, haciendo del encargo un juego». Quien así describe la escena es Bernat Capó, el gran investigador y divulgador de los usos y costumbres de nuestra tierra. El escritor benissero, desaparecido este año, la recogió en «Costumari valencià» (Edicions del Bullent), la trilogía que empezó a publicar, en forma de artículos, en INFORMACIÓN.

Fuerte demanda de terreta d'escurar

Pero no toda la cosecha terrera era para consumo propio. Porque no en todas las casas ni en todos los campos tenían a mano dicho elemento como producto doméstico. Y así apareció la venta de tierra. Y no precisamente parcelas para urbanizar. Pero volvamos a Capó: «También los adultos hacían recogida de la barata materia con la perspectiva de llevarla directamente a las tiendas de las capitales o facilitarla a los almacenistas que la empaquetaban, le ponían nombre y la distribuían por mercados y tiendas para venderla, ya que había una fuerte demanda».

Y apostilla: «El paquete de terreta d'escurar casi siempre iba acompañado de un estropajo de esparto, socio inseparable de la labor». Vaya, lo que se dice un completo kit de limpieza.

Uno de estos empresarios era Martí Ivars, de Dénia, según recoge Joan J. Cardona en su «Diccionari benisser» (Instituto de Cultura Gil-Albert). El producto viajó tanto y fue tan popular que es común que en el resto de la Comunidad empleen la locución para referirse a todo el ámbito autonómico.

Así, «la millor terreta del món» de la provincia de Alicante, la voz con la que el vendedor pregonaba sus bondades por pueblos y provincias, devino en un aforismo que define la devoción de los alicantinos por su entorno. Una expresión popular que, a fin de cuentas, también pregona su territorio.