La celebración eucarística en el interior de la iglesia de la Santa Faz, a consecuencia de la fuerte lluvia que caía cuando la Reliquia llegó al monasterio, rompió ayer con una tradición de 27 años en los que siempre se había consagrado la misa en la plaza, a la vista de la mayor cantidad posible de peregrinos y al aire libre.

El obispo Murgui también tuvo palabras de elogio para la Coral de la Tabacalera - «ha sonado a Gloria», dijo-, y la solista Ascensión Perona, que cantó el salmo de una Eucaristía que Rafael Rodríguez dedicó en las preces «a los enfermos, refugiados y a cuantos sufren», sin olvidar a «los políticos que trabajan por la paz».