Las conocidas como «facturas en los cajones» continúan a la orden del día en buena parte de los ayuntamientos de la provincia. El Ministerio de Hacienda acaba de constatar que al menos 65 de los 141 municipios alicantinos y la Diputación finiquitaron el ejercicio de 2016 con gastos al margen del presupuesto. Es decir, reconocieron obligaciones que no estaban previstas en sus cuentas anuales. En total, esas 65 poblaciones -la cifra podría ser mayor, dado que 12 localidades no han remitido su información a Madrid- acumulaban un total de 34,6 millones en la cuenta 413, la habilitada a tal efecto. La institución provincial, por su parte, arrastraba 3,1 millones.
Entre los municipios señalados por el departamento de Cristóbal Montoro figuran, sobre todo, las más pobladas. Orihuela, Benidorm, Elda, Elche, Alcoy, Torrevieja, Pilar de la Horadada... La que no está en la lista es Alicante. Y eso que al cierre de 2015 acumulaba 18,4 millones en gastos sin consignación presupuestaria. ¿Y cómo ha sido capaz de dejar ahora a cero esa cuenta 413? La concejala de Hacienda, Sofía Morales (PSPV), lo explica de manera sencilla. «Tirando de remanentes». Es decir, del superávit del Consistorio. A diferencia de otros ayuntamientos alicantinos, esos 18,4 millones no obedecían a gastos que el equipo de gobierno fue aprobando a pesar de que no estaban reflejados en las cuentas. Afloraron en los balances a raíz de una sentencia judicial que condenó a la corporación a indemnizar a la empresa Hansa por un litigio urbanístico que se remontaba a hace una década y media. El Tribunal Supremo tumbó el pasado año el último recurso que pudo presentar el Ayuntamiento y éste, finalmente, echó mano de sus ahorros para saldar esa deuda. Y con ella, dejó a cero la cuenta 413.
En otras poblaciones la situación es peor. A diferencia de la capital, no sólo no han reducido el volumen de operaciones pendientes de aplicar al presupuesto, sino que lo han incrementado. Es el caso, por ejemplo, de Benidorm. Si al finiquitar 2015 la cuantía de la cuenta 413 era de 3,08 millones, al finalizar el pasado ejercicio ese guarismo había aumentado hasta los 4,2 millones. Este diario trató de que la concejala de Hacienda de la localidad, Lourdes Caselles, le explicara el porqué del repunte, pero no obtuvo respuesta.
Lo mismo ocurrió con Orihuela, aunque en este caso con una diferencia: la cuantía ha disminuido respecto a 2015. La ciudad de la Vega Baja es la que más «facturas en los cajones» acumula en toda la provincia, con 10,3 millones. Este diario intentó ponerse en contacto con el edil de Hacienda, Rafael Almagro, para que valorarse esa cifra, pero tampoco le localizó.
