Pañuelos blancos, un coro y quinientas personas daban la bienvenida ayer en San Nicolás a la réplica exacta de la Virgen de Fátima, llegada a tiempo desde el santuario portugués para hacer la peregrina junto a los alicantinos el próximo jueves. Misas, traslados y adoraciones para la visita de una imagen que no ha resultado fácil albergar.

La réplica de la Virgen de Fátima llegaba ayer entorno a las 19:45 horas a la plaza del Abad Penalva, frente a San Nicolás, donde le esperaban Don Jesús Murgui, obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, y Don Rafael, obispo emérito, acompañados de devotos que movían en alto y entre aplausos el blanco de sus pañuelos.

Tras este primer recibimiento, la imagen entró en la abarrotada concatedral de San Nicolás, donde alrededor de quinientas personas esperaban su llegada junto a la compañía de un coro que sonaba con fuerza durante la misa.

Al finalizar la sentida ceremonia, se llevó a cabo una adoración nocturna por parte de distintas asociaciones marianas que habían programado una vigilia, que consistió en una serie de oraciones y rezos junto al santísimo expuesto en la custodia.

La imagen de la Virgen de Fátima llegó el pasado jueves a la casa sacerdotal, y desde entonces se han hecho todos los preparativos para que pueda ser llevada hasta la Santa Faz el día de la peregrina. Para ello, se ha realizado un trono pequeño y ligero, que ya se utilizó ayer en el traslado realizado en la concatedral, y que será llevado a hombros por cuatro costaleros durante todo el recorrido.

Una empresa de envíos ha sido la encargada de posibilitar el recibimiento de la imagen. «Desde Fátima son los responsables de que esto llegue a su destino», cuenta Ramón Egido, deán de San Nicolás. «Cuando llegó, se montó la imagen y se puso en las andas, que han sido adornadas por una floristeria». La concatedral tenía la intención de conservar la imagen hasta el próximo trece de mayo, el día de la Virgen de Fátima, pero no lo han conseguido por ser ésta, la presente fecha, «la que quedaba libre», indicó.

La imagen salió ayer por la tarde en dirección a San Nicolás en un furgón desde la casa sacerdotal, haciendo una única parada en la residencia de ancianos de las siervas de Jesús, en Campoamor. Un alto que significó un gesto de gratitud a todo el conjunto de siervas, pero especialmente a una de ellas, una religiosa que todas las noches vela la planta de enfermos de la casa devota.

«Nos pidieron ilusionadas la visita y, cuando les dijimos que íbamos a parar antes de llegar a San Nicolás, la madre se puso a llorar», cuenta el deán.

El día de la Peregrina, la imagen llegada desde Portugal tendrá que ser de las primeras en ponerse en movimiento, pues está previsto que inicie a su marcha a alrededor de las siete de la mañana.

Turnos

Voluntarios y miembros de distintas cofradías de Alicante serán quienes se turnarán para llevar la imagen el próximo jueves desde la concatedral hasta Santa Faz. «Hemos intentado que pueda participar el mayor número de personas porque había mucha demanda», indicó Egío.

Hoy, después de la última misa, se trasladará la imagen al convento de clausura donde residen las Monjas Capuchinas. Y el próximo martes, la talla se llevará al convento de las Monjas Agustinas, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Soledad, la más antigua de la Semana Santa alicantina. Una agenda apretada para una virgen que no ha sido fácil traer porque ahora se cumple el año del centenario de las apariciones, recogidas en el testimonio de tres pastores entre mayo y octubre de un lejano 1917.