Llamar al timbre de una puerta y que se abra sola. Esta es la carta de presentación de una casa inteligente y totalmente accesible para las personas con movilidad reducida que ha instalado la Fundación ONCE en la plaza del Ayuntamiento. El objetivo no es otro que mostrar todo lo que la domótica puede hacer para facilitar la vida de las personas con discapacidad y cómo ésta no está reñida con el diseño.

Porque lo primero que llama la atención cuando se accede a esta vivienda, de cien metros cuadrados, es su aspecto moderno, como sacada de una revista de decoración. Nada que ver con muebles ortopédicos o una imagen más cercana a la de una residencia. «Queremos mostrar que hay soluciones que facilitan la vida a las personas discapacitadas, pero con diseños universales que pueden gustar a cualquier persona», señala José Luis Borau, jefe del departamento de Accesibilidad al Medio Físico de la Fundación ONCE. Y es que las más de cien soluciones tecnológicas que hay en esta casa, que se puede visitar hasta el viernes en horario de 10.30 a 20.30 horas, se pueden adquirir actualmente en el mercado a un menor coste que hace unos años. «La gran revolución en el mundo de la domótica ha sido la tecnología inalámbrica», explica Borau. Hasta hace unos, añade, «todo iba a través de cableado, por lo que la mano de obra era mucho más cara. Hoy todo se maneja a través del móvil, por lo que los precios han bajado mucho y continuarán haciéndolo conforme la gente adquiera cada vez más estos productos».

A través del móvil se pueden controlar infinidad de elementos de la vivienda, como las bombillas, las persianas, la aspiradora, la lavadora, el aire acondicionado o la televisión. También existen aplicaciones que, con una pequeña adaptación en la vivienda, permiten ver desde el móvil quién llama a la puerta y abrirla.

En la casa de la Fundación ONCE también se exponen muebles cuyos cajones se abren empujando sobre ellos, lámparas que se encienden con un toque de la mano y hasta una cocina cuyos armarios y encimera pueden subirse o bajarse para facilitar que las personas que van en silla de ruedas puedan desenvolverse sin problema. Los sillones se reclinan hasta permitir que una persona se ponga de pie y tienen ruedas para desplazarlos fácilmente por la vivienda.

La seguridad también es importante y en el mercado se pueden encontrar alfombras para poner a los pies de la cama que alertan cuando el enfermo se levanta y detectores en la ducha que advierten de si ha habido una caída.

Precisamente el baño es uno de los espacios con más soluciones tecnológicas, como cortinas de ducha que bajan con el mando a distancia, inodoros que se manejan con una tablet y hasta un secador gigante para el cuerpo entero.