Los ingresos en el hospital por enfermedades relacionadas con la hipertensión se han incrementado cerca de un 40% en sólo cuatro años, constatando así la incidencia cada vez mayor de estas patologías. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2011 pasaron por el hospital 4.868 personas residentes en la provincia por este tipo de dolencias; los datos más recientes al respecto, del año 2015, cifran en 6.711 estos ingresos. En ese intervalo, el número no ha dejado de subir de manera significativa. La estancia media en un centro sanitario por esta causa ronda los seis días.

En 2011 se producían en la provincia 43 ingresos por hipertensión en la provincia por cada 100.000 habitantes; cuatro años después, el índice había subido a 60 por 100.000. El INE no da una causa exacta a este incremento, pero tal y como ha publicado este periódico en diversas ocasiones, el envejecimiento progresivo de la población y la generalización de hábitos poco saludables están detrás de ello. En este sentido, tanto desde el Hospital de Sant Joan d'Alacant como por parte del Hospital General de Alicante han aludido en repetidas ocasiones a cómo el sedentarismo, con la falta de ejercicio y la mala alimentación que suele conllevar, influye de manera decisiva a que aumente la incidencia de la hipertensión.

A esto se añade el factor del envejecimiento: la cada vez mayor longevidad de la población hace que la hipertensión se extienda, por motivos puramente biológicos, tal y como han apuntado reiteradamente las mismas fuentes. Así, cabe recordar que, según apuntaban el pasado mes de enero desde el Hospital de Sant Joan, aproximadamente la mitad de los mayores de 65 años sufren hipertensión. La Semana Santa, al igual que las Navidades, es una fecha propicia para descuidarse en la alimentación y favorece que estas enfermedades puedan aparecer, aunque sea de manera puntual.

Sin embargo, los datos apuntan también a que los tratamientos son cada vez más eficientes. La reciente estadística de defunciones según causa, también del INE, cifra en 393 los fallecimientos por enfermedades hipertensivas en la provincia en 2015. Son dos menos que el año anterior, en que sí hubo una bajada muy destacada tras un periodo de continua subida. Si se compara la cifra de decesos con la de ingresos hospitalarios, puede considerarse que la mortalidad por enfermedades hipertensivas se ha reducido de manera más notable de lo que puede parecer en un principio. Al respecto, las mismas fuentes han aludido a esa eficacia de los tratamientos como clave para que la hipertensión se convierta en una dolencia crónica con la cual resulta relativamente llevadero convivir.