Sucesivos robos y destrozos en los centros educativos del barrio de Tómbola, desde el pasado mes de diciembre, han sembrado la alarma entre los padres y vecinos que reclaman mayor presencia policial durante los próximos días festivos porque siempre han tenido lugar a plena luz del día.

Trabajadores de los centros han llegado a ver en un par de ocasiones a los actores, siempre jóvenes adolescentes entre los 13 y los 15 años, y la gota que ha colmado el vaso ha tenido lugar en el colegio de niños discapacitados Santo Ángel, del que se han sustraído recientemente las fotos de los menores que jalonaban cada una de las aulas de Infantil, lo que ha generado gran inquietud entre los padres, como señala el director del centro, Julián Torres.

De iniciales destrozos y actos vandálicos reiterados en la escuela de adultos, se ha pasado al robo en el aula de informática del colegio Eusebio Sempere y, más recientemente, este pasado fin de semana, al de todas las tabletas del colegio de Educación Especial Santo Ángel, donde además robaron bicicletas, rajaron el toldo del edificio de Infantil y sustrajeron los elementos decorativos de las aulas y las fotos de los pequeños.

«No tememos por la seguridad de los niños, porque los actos, con una periodicidad mensual, siempre se comenten en fin de semana o por la tarde cuando ya han acabado las clases, pero hemos reclamado al Ayuntamiento mayor presencia policial, además de haber presentado la correspondiente denuncia, porque nos preocupa el largo periodo vacacional que se presenta y que se ha pasado de gamberradas a auténtico delito», abundan desde la dirección.

En esta última ocasión los actores de los destrozos dejaron además defecaciones en el patio y en el tejado de acceso a las aulas. El Santo Ángel también ha pedido que se amplíe el radio de la alarma del colegio porque el último robo ha demostrado que no tienen capacidad para la segunda planta, por donde se introdujeron en el centro y forzaron los armarios con el material informático.