La escasez de contenidos prácticos en los que poder comenzar a desenvolverse es uno de los aspectos en los que más hincapié hacen los estudiantes de Magisterio de Primaria e Infantil de la Universidad de Alicante (UA), que también estiman que la formación en lenguas extranjeras a lo largo de la carrera (inglés principalmente), debería ser suficiente para obtener los títulos necesarios para poder ejercer. En este sentido, una de las cuestiones en las que se incide es en que, además de la superación de determinadas asignaturas previstas en el plan de estudios, para la Capacitación en Inglés se requiera un certificado B2. A juicio de los estudiantes encuestados por este periódico, la titulación ya debería incluir los contenidos necesarios para lograr ese título por convalidación. Esto sí es posible en el caso de la Capacitació en Valencià, pero algunos echan en falta más información.
Asun, Alicia, Julia y Mireya, estudiantes de Magisterio de Infantil, consideran un sinsentido que «los contenidos de asignaturas en inglés equivalgan a un B1 pero luego para ejercer pidan un B2». Las cuatro coinciden en señalar que «los títulos valen más para tener puntos de cara a una oposición que para certificar realmente que dominas una lengua». También aseguran que ven «demasiada teoría y poca práctica», insuficiente para coger tablas. No obstante, también valoran que el profesorado vaya asumiendo y transmitiendo paulatinamente métodos pedagógicos más novedosos.
En este aspecto coinciden con Iván, Irene, Alejandro y Marina, alumnos de Magisterio de Primaria, quienes destacan los contenidos en «proyectos adaptados a la sociedad actual», más encaminados a dejar los libros en un segundo plano y a fomentar «el trabajo en grupo o el aprendizaje colectivo». Eso sí, apelan a que haya «más asignaturas para mejorar tu nivel en lengua extranjera, no sólo para su didáctica» y creen que se debería explicar más a los alumnos «cómo obtener la Capacitació en Valencià cursando las correspondientes asignaturas». Y también inciden, al igual que sus compañeras de Infantil, la motivación «vocacional» para estudiar Magisterio: «Enseñar, ayudar a que otros aprendan», incluso «a través del juego» didáctico en las aulas.
