Es a los perros lo que la gripe a los humanos. Con el cambio de temperaturas de las últimas semanas, las clínicas veterinarias de la ciudad de Alicante están recibiendo estos días un goteo constante de mascotas aquejadas de la denominada «tos de la perrera». Y es que el síntoma principal de esta patología es una tos muy fuerte, tanto que parece que el perro se está ahogando.

Esta enfermedad, popularmente conocida como «tos perruna» se está dejando sentir estas semanas con especial intensidad en barrios como Campoamor, San Blas o Carolinas, según han confirmado a este periódico clínicas veterinarias de estas zonas. «Estoy atendiendo a una media de tres perros por semana aquejados de esta enfermedad, los propietarios vienen muy alarmados porque la tos es muy escandalosa», señala Eva Aldeguer, veterinaria en la zona de Carolinas.

Aunque esta dolencia no se contagia de los perros a los humanos, sí es muy fácil de transmitir entre los canes por contacto directo, por lo que es muy común que esta enfermedad se dé en sitios donde hay muchos perros hacinados, como perreras o residencias caninas, ya que surge en forma de brotes provocados por bacterias y virus respiratorios. De hecho, «en algunos hoteles de mascotas es obligatorio llevar al perro vacunado frente a esta enfermedad», señala Ana Fisac, de una clínica veterinaria de El Cabo de las Huertas.

La «tos de las perreras» es una infección de las vías respiratorias altas, en concreto de la laringe y la tráquea. En principio esta dolencia transcurre sin mayores complicaciones, «pero si no se trata a tiempo se puede complicar y derivar en problemas de pulmón», explica Fisac. La enfermedad puede ser también grave en el caso de perros mayores o inmunodeprimidos.

El tratamiento más habitual de esta enfermedad «es con de antiinflamatorios y antibióticos» y la clave «es detectarla cuanto antes para que su evolución sea lo más corta posible», asegura Eva Aldeguer. Y es que los perros aquejados de esta enfermedad y tratados a tiempo pueden estar curados en cuatro días. Si se deja pasar demasiado tiempo, la enfermedad puede prolongarse hasta dos semanas.