El Ayuntamiento de Alicante y la Confederación Hidrográfica del Júcar han llegado a un principio de acuerdo para acabar de manera definitiva con los problemas que provoca la colmatación vegetal del Barranco de Agua Amarga por la falta de limpieza. Algo que todos los otoños tiene al barrio de San Gabriel y a los trabajadores de la fábrica Aludium mirando al cielo, ante el riesgo de que se produzca una gota fría y el barranco termine desbordándose arrastrando todo tipo material como ocurrió en la trágica e histórica riada de 1982.

El concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, se ha reunido hoy en València con la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, María Ángeles Ureña, en una cita en la que también han participado representantes del comité de empresa de la fábrica. "Ha sido un encuentro muy cordial y me consta que la presidenta también está preocupada. Es cierto que hasta 2010 la Confederación limpiaba con regularidad el cauce del barranco pero llegaron los ajustes y ya no se hizo con regularidad. Desde hace dos años lo hemos venido haciendo desde el Ayuntamiento atendiendo a las consideraciones de Ecologistas en Acción pero es un trabajo que debe asumirse por las tres partes", ha explicado Víctor Domínguez.

El objetivo es hora es trasladar a la dirección de Aludium la necesidad de firmar un protocolo con el Ayuntamiento y la Confederación Hidográfica del Júcar en el que se defina el procedimiento a seguir para la periódica limpieza del barranco y el reparto de los costes.

El problema, según el edil Domínguez, es que el carrizo crece y puede llegar a taponar el puente sobre la avenida de Elche, por lo que la limpieza anual debe hacerse como muy tarde en julio y agosto, meses previos a que la provincia pueda sufrir lluvias torrenciales.