Ahora que tanto se habla de plurilingüismo y de alumnos de primera y segunda en la batalla, incruenta pero cada vez con mayor temperatura, del inglés/valenciano versus el castellano y sus múltiples interpretaciones, viene a colación lo rica que es la lengua española/castellana en dichos populares. No hay dos sin tres: «Tomando el número cabalístico tres, se creó este dicho que refleja la constante relación entre la cifra y los hechos del hombre. Es como estar esperando la invariable llegada de la tercera vez» ó «Dicho popular que recuerda las palabras de Paulo Coelho: lo que ocurre dos veces ocurrirá, invariablemente, una tercera vez», rezan distintas interpretaciones del refranero.

Eso es lo que le ha pasado al tripartito que intenta manejar el timón del Ayuntamiento de Alicante, al que cada vez se le presentan más marejadas. Tripartito, tres partes, tres rostros visibles (Gabriel Echávarri, Miguel Ángel Pavón, Natxo Bellido), tres partidos (PSOE, Guanyar y Compromís) y tres varapalos judiciales a su gestión. De todos los colores, como los que componen el gobierno alicantino.

El primero fue el de los centros comerciales que ganaron en el juzgado abrir los domingos; el segundo, emitido por la misma jueza, el auto que les ha obligado a retirar las nuevas placas de calles de la Memoria Histórica para reponer las franquistas mientras se resuelve el fondo del asunto; y el más reciente, el que suspende de forma cautelar el cierre del Arca de Noé, ese centro de recuperación de especies exóticas y salvajes donde se llegaron a mezclar leones y tigres abandonados por circos, serpientes que nadie quería, y animales tan variopintos como monos o puercoespines.

Y no vale decir que la juez, la que dictó los dos primeros autos parándoles los pies, les tiene manía porque ahora ha sido otro magistrado el que ha dictaminado que algo no se hizo bien con el cierre del Arca.

En este polémico asunto hay múltiples aristas que afectan también al tripartito, unido por un pacto escrito, pero a menudo desunido en las palabras y en cada vez más asuntos de la política y la gestión del día a día como los hechos van demostrando. En el tema del Arca de Noé va sólo el alcalde, que abre públicamente las puertas de su despacho a Raúl Mérida, protector de los animales también muy solo pues es cuestionado por animalistas y hasta por la concejala de Protección Animal, Marisol Moreno. Ella que también conoce los tribunales por aquellos polémicos tuits contra el Rey Juan Carlos.

Echávarri intenta buscar una solución para este contencioso que apunta al Tribunal Superior de Justicia, lo que puede demorar la solución final entre tres y cuatro años, según lo que dice el alcalde, que es abogado y sabrá de ello. Lo que pasa es que el albergue ya no es lo que era, no tiene tanta vida porque muchos animales ya salieron.

La fe en que el Arca debe seguir le puede confrontar de nuevo con sus socios de Guanyar, que no quiere ni en pintura un Raúl Mérida ejerciendo de Noé. Y más teniendo las de perder si la tercera pata de la silla del tripartito -¡qué difícil es mantener el equilibrio en una silla de tres patas y no caerse!-, Compromís, se mantiene al lado de Guanyar. Larga vida parece tener el asunto en los tribunales.

Mientras otras asociaciones animalistas están a la expectativa a ver qué ocurre, alguna, como Asoka, en la picota por las condiciones de su albergue, otra decisión judicial que tiene que ver con animales -¡cuánto da de sí la concejalía de Protección Animal!- da un respiro al tripartito. Al menos ya tienen en su historial una causa ganada, la de los gatos de Tabarca, que pusieron en la picota de nuevo a Moreno por supuestas irregularidades en la castración de los felinos que llegaron hasta la Guardia Civil y el juzgado. ¡Miau!