En su declaración ante el magistrado José Luis de la Fuente, el recién nombrado administrador único de Novocar y Solmar, José Fernando Bleda, aseguró que «el grupo últimamente iba bien, muy bien». A preguntas del fiscal, Bleda afirmó que Novocar «no había tenido pérdidas externas» y explicó que «lo que ocurrió es que hubo dos sociedades que se disolvieron (Elsamotor y Tuincar) y al hacerlo se sumaron a las cuentas de Novocar y entonces dio pérdidas». Quien ha sido director de este negocio durante dos décadas relató que era la empresa de alquiler de coches, Solmar, y no Novocar, la que dependía de los avales que prestaba Samar Internacional, la matriz del entramado empresarial de los Sala. «Si había avales se financiaba y se obtenía un mejor precio en los coches (...) pero Solmar en 2016 obtuvo un rendimiento de 980.000 euros y el presupuesto para este año es de un beneficio de entre 1,3 y 1,4 millones», explicó al juez agregando, en respuesta también a preguntas del Ministerio Público, que «si no hubiéramos tenido avales lo que habría ocurrido es que hubiésemos tenido que volver a lo del primer año, cuando alquilamos coches a otros operadores del sector, con lo que el rendimiento no hubiera estado más allá de los 700.000 euros, pero no era una cuestión vital (los avales) de continuidad, para nada». A interpelaciones de la defensa Bleda añadió que la decisión de comprar Solmar no fue de Miguel López, sino de toda la familia, que vieron la posibilidad de un buen negocio, «y a las pruebas me remito».