El futuro diseño urbanístico de la zona comprendida entre la estación de Renfe y el Puente Rojo no parece ni mucho menos sencillo si se tiene en cuenta lo que ocurrió en el pleno, donde tomaron la palabra representantes de dos colectivos vecinales totalmente divididos en torno a una infraesctructura cuya supresión planteó Ciudadanos. Su portavoz, Yaneth Giraldo, lo calificó de «apartheid» de barrios.

Desde la asociación vecinal Benalúa-El Templete, su representante Carmen Navarro defendió la continuidad del Puente Rojo al entender que es clave para la circulación. José María Hernández Mata, de La Florida, dijo lo contrario destacando que barrios como Alipark están incomunicados.

Esa división entre vecinos fue enfatizada por la edil tránsfuga Nerea Belmonte, «y ustedes quieren solucionar todo el problema con una declaración institucional», dijo dirigiéndose a Ciudadanos. «El problema del plan urbanístico OI2 está desangrando Alicante. ¿No sería más lógico haber planteado un espacio de diálogo?».

Por su parte, el portavoz del tripartito, Natxo Bellido, de Compromís, destacó que la Generalitat está trabajando para presentar diferentes alternativas sobre el Puente Rojo. «Si no saben nada de este tema, por lo menos no molesten y no torpedeen», espetó a Cs.

El edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, afirmó que Ciudadanos tiene una obsesión patológica con el Puente Rojo. Explicó que se admitirá una sola ordenación en dos sectores, uno entre la Vía Parque y el antiguo paso a nivel y otro que coincide con la infraestructura ferroviaria en superficie y la estación. Aseguró que la pretensión del tripartito es iniciar el parque central en la primera fase en esta legislatura convocando un concurso de ideas que defina la actuación.

El portavoz del PP, Luis Barcala, dijo que Pavón «está obsesionado con el Puente Rojo. Por eso se ha gastado 200.000 euros pintándolo de nuevo». La iniciativa de derribar el Puente Rojo fue rechazada con los 14 votos del tripartito

El pleno rechazó la iniciativa de Cs de derribar el Puente Rojo con los 14 votos del tripartito, frente a los 13 del PP y Cs a favor y la abstención de los dos ediles trásfugas.

También intervino Faseye Ndiaye, de la Asociación de Senegaleses de Alicante, que planteó que no se criminalice a quienes se ganan la vida con la venta ambulante en la calle, en el marco de una declaración de Guanyar por los afrodescendientes (en Alicante lo es un 10% de la población según la edil Julia Angulo) que fue aprobada.