Una semana después de su puesta en libertad bajo fianza, Miguel López compareció ayer por primera vez ante el juzgado, en cumplimiento de las medidas cautelares acordadas por el magistrado. López llegó al Palacio de Justicia a las doce del mediodía, acompañado por su abogado José Antonio García, mientras un nutrido grupo de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión llevaba esperándole desde primera hora de la mañana. No quiso hacer declaración alguna y se limitó a entrar, firmar y salir, sin responder nada a los medios mientras un coche le esperaba aparcado en doble fila frente al Palacio de Justicia. El trámite de entrar a firmar apenas fue de cinco minutos. Nada más acceder tuvo el movimiento reflejo de ir directamente a las oficinas del juzgado, pero uno de los guardias civiles le advirtió que tenía que pasar antes por el arco de seguridad.

A pesar de que los reporteros le preguntaban, sólo hubo silencio. Miguel López se limitó a hacer un gesto de negación con la mano para advertir de que no iba a hablar.

El juez le puso una fianza de 150.000 euros el lunes de la semana pasada y la obligación de presentarse cada semana ante el juzgado. Ayer era la primera de las comparecencias que se deberán ir realizando para tratar de comprobar que el investigado no trata de eludir la acción de la Justicia fugándose. También se le retiró el pasaporte y se le impuso la prohibición de salir del país. Las medidas cautelares se completan con una orden de alejamiento de las instalaciones de Novocar, la empresa donde ocurrió el asesinato.

Había cierta expectación sobre cuál sería la hora a la que se presentaría a firmar. Algunos pensaban que podría esperarse a la tarde para intentar eludir a las cámaras, ya que el juzgado ante el que tenía que presentarse se encontraba de guardia y por disponía de plazo hastala medianoche. En cambio, se presentó a mediodía cuando todas las cámaras se encontraban montando guardia frente al Palacio de Justicia. Cada lunes deberá presentarse a firmar ante el juzgado, aunque este es un trámite que podría realizar en cualquier otra sede judicial si así lo solicitara. Las comparecencias se mantendrán mientras así lo considere el instructor hasta que se señale el juicio, de acordarse.