El grupo de empresas de Jordi Vilaplana, gestor del hotel Vila de Muro, compite con el empresario Juan Carlos Ramírez, apoderado general del Hércules, para hacerse con la gestión del complejo de ocio Panoramis. La oferta llegó al Juzgado con la del empresario vasco, y será ahora el juez que lleva la liquidación de la sociedad Marina de Poniente quien decida el futuro de un complejo que mantiene los cines como única referencia lúdica.

Según la documentación a la que ha tenido el acceso del periódico, la que Jordi Vilaplana envió al Juzgado, el proyecto de los gestores de l`Alcoià es, en líneas generales, similar al de Ramírez, y al que el año pasado trato de impulsar el empresario Enrique Ortiz con el mercado "El Muelle" y sus 56 barras. Un mercado gastronómico bautizado como "La Mar" que incluiría también una zona "outlet" de artículos de lujo para el que los promotores tienen ofertas de dos grupos de Zamora y Holanda y de Privee Brands, el gigante español de la importación.

El grupo Vilaplana mantendría los cines y el gimnasio y crearía una ludoteca aprovechando también la terraza del complejo para lo cual se ha conctado también con grupo hosteleros de la ciudad. Junto a toda la oferta gastronómica y de copas se plantean otro tipo de atracciones como vuelos sobre la ciudad en helicóptero y paseos marítimos.

La oferta de Vilaplana rivaliza con la del grupo de empresas del apoderado general del Hércules en el juzgado de Alicante que instruye el proceso de liquidación de la empresa Marina de Poniente desde el verano de 2016, gestora del edificio propiedad del Puerto que entró en 2012 en concurso tras acumular una deuda cercana a los seis millones de euros con la Autoridad Portuaria y los bancos acreedores.

Rechazado el plan de viabilidad presentado en 2013 la mercantil está en quiebra y a la espera de que el juez decida ahora si acepta la oferta del empresario vasco. Fuentes del grupo de Ramírez apuntan que afrontan la recta final con ilusión porque aunque admiten que el proceso para relanzar el complejo no está exento de riesgos, sí que ven futuro en un complejo que ocupa un lugar privilegiado pero sobre el que parece haber caído una maldición. La idea del empresario cuya única oferta es la que está sobre la mesa del juez es seguir con la idea de potenciar el centro con restaurantes, pubs y ocio.

Marina de Poniente se constituyó en 1996 precisamente para asumir la gestión del segundo centro de ocio del Puerto de Alicante tras el construido en los muelles de Levante cuando se decidó abrir el Puerto a la ciudad. En los primeros llegó a funcionar y el centro atrajo a restaurantes, cines, tiendas, pubs y bares pero Panoramis comenzó una deriva que le llevó a convertirse en un lugar «fantasma» en 2012, cuando la empresa que lo gestionaba, Marina de Poniente, entró en concurso de acreedores. El puerto era el principal acreedor con una deuda por cobrar de unos 2,7 millones de euros por el impago de la concesión y otros cinco millones con los bancos. Al final, todo se liquida y ahora toca empezar de nuevo. En el camino se han quedado empresarios como Enrique Ortiz, amigo íntimo de Juan Carlos Ramirez o los grupos Borja y Vectalia, éste último se salió en 2014.

En estos momentos, en Panoramis sobreviven un restaurante temático de comida "texmex", un gimnasio, un bar cuya concesión controla directamente la Autoridad Portuaria y un centro para fiestas infantiles junto al parking subterráneo para 500 coches. El último intento llegó ahora hace un año, cuando el constructor Enrique Ortiz subcontrató a la empresa Sianliving la gestión del centro. Se anunció entonces la construcción de un mercado gourmet con 56 barras al estilo de los que funcionan en Madrid, Barcelona o Sevilla.

Comenzaron las obras pero Urbanismo las paró por excesos en la licencia. Solventado el problema con el Ayuntamiento el tema se paralizó definitivamente y no pudo abrir en junio de 2016 coincidiendo con las Hogueras. Desde entonces, sólo los cines, el "Forsters", el gimnasio, la cafetería para el personal del puerto y las fiestas infantiles mantienen encendido una llama cada vez más tenue.