Madurando el agua para iniciar la reintroducción de peces. En este punto se encuentra el acuario de Alicante una vez terminada la obra civil en la pecera, que incorporará en el subsuelo un tanque de cuarentena o «cuba UCI» para aislar allí a los ejemplares que puedan enfermar. Así se quiere evitar que se repita lo que ocurrió en el verano de 2015, cuando los 177 peces que allí nadaban murieron a causa de una bacteria que se desarrolló tras un fallo de refrigeración, según el informe que, a petición del Ayuntamiento, redactó la empresa que entonces mantenía la pecera.

Este problema provocó el cierre de la instalación, que lleva clausurada más de un año y medio, aunque la idea del tripartito es reabrirla, modernizada, para Semana Santa o Santa Faz con 101 ejemplares de 15 especies distintas, que son los que se introducirán en una primera tanda. La idea es ir añadiendo más hasta llegar a una población de 237 peces o crustáceos, el máximo que pueden convivir en el recinto. Una tarea que se prolongará durante dos meses más.

«Acabamos de introducir bacterias en el agua, que necesita madurar y ser colonizada por ellas para alcanzar el equilibrio del ecosistema», explica César Beltrá, arquitecto redactor del proyecto de reforma y director de las obras, en las que básicamente se ha tirado todo el acuario por dentro y se ha hecho nuevo. Se ha transformado la única cuba que existía «y que estaba obsoleta» en un gran depósito de 8 metros cuadrados con tres ventanas en la fachada principal, y se han instalado cuatro cubas más pequeñas en la parte que da a los comercios, divididas por cristales, y una última redonda en un lateral para medusas. La carcasa del acuario sí se conserva pero se procedió a su limpieza y recubrimiento posterior con pintura antigrafiti. También se han restaurado los bancos para el público.

La maquinaria es nueva, de última tecnología, con un sistema de climatización costoso «que se amortizará» y un tanque de aislamiento independiente para que no haya contaminación de peces enfermos que la edil de Infraestructuras, Gloria Vara, denomina cuba UCI, «con unos chivatos que avisan si algo va mal. Estamos esperando que estén bien estancadas y que el sistema pueda purificar correctamente la urea que expulsan los peces para empezar a introducirlos». Entre las especies del nuevo acuario, habrá una pareja de pintarrojas, que pertenecen a la familia de los tiburones; otra de rayas; una decena de crustáceos marinos, entre ellos una langosta; estrellas de mar o medusas. Y existe la intención de añadir caballitos de mar aunque de una especie protegida que cederá en su momento la Universidad de Murcia, además de otros ejemplares de la fauna más representativa del Mediterráneo.

La obra ha costado 116.590 euros y el mantenimiento ascenderá al año a 30.000 euros, a cargo de la empresa Orthem, cuyo jefe de obra, Tomás Martínez, incidió en que los nuevos tanques del acuario tendrán agua independiente para que no se contaminen unos peces a otros. Se ha hecho un pasillo central para que los operarios puedan pasar por el interior. Cuando esté abierto, se prepararán actividades didácticas para escolares con el Instituto de Ecología Litoral.