«Me gusta que me respeten, que sean mis amigos, que no me insulten, que me mimen, que cuenten conmigo...No me gusta que me griten, que me peguen, que me insulten, que me ignoren, que me empujen...». La lista es tan larga como los sentimientos que han plasmado cada uno de los más de 300 niños que tiene el colegio Gabriel Miró de Alicante. Sus deseos y rechazos forman parte de un contrato firmado con la Policía Local de Alicante dentro de una campaña contra el acoso escolar. Los chavales han sido motivados a expresar qué les gusta y qué no les gusta que les hagan y el comportamiento de otros hacia ellos, dentro de la campaña de sensibilización y formación en materia de acoso y violencia escolar (AVE) de la Policía Local. En diciembre se iniciaba el programa que se ofrece a los centros. Para el Gabriel Miró, hacerlo forma parte de un proyecto y una trayectoria que se inició hace varios años en la que trabajan la prevención, la convivencia y la igualdad, palabras que son el lema del curso 2016-2017.

La unidad policial contra el acoso lleva muchos años trabajando los abusos en los colegios. De esa experiencia y del deseo de prevenir para que no sea demasiado tarde ha surgido esta campaña que inculca a estudiantes, profesores, padres y personal no docente del centro que el abuso se combate frenando comportamientos y palabras que no les gusta a quien lo sufre, haciendo que detecten que ese mote que se pone a un compañero puede herirle más profundamente de lo que los otros piensan. En la entrada de todas las clases luce el cartel de la campaña: «Stop Acoso Escolar. En AVE contamos todos».

El agente que dirige la campaña, Rafael Peral, explica que «va enfocada al corazón, a la humanidad, a dotar de habilidades sociales a los chavales. Siempre nos fijamos en la víctima, pero también hay que hacerlo en los espectadores». Los agentes aprovechan su posición de liderazgo para enviar su mensaje: «Nadie se merece ser tratado mal».

Por su experiencia, el agente explica que quien es maltratador es porque antes ha sido tratado mal «por eso nuestro medio de acción es la prevención». El centro tiene la figura del agente tutor que está en contacto con ellos como especialista en protección de la infancia y la adolescencia. «Les damos a los chavales las herramientas para que ellos y puedan corregir comportamientos».

El primer mensaje que se manda a los alumnos es que «me tienen que tratar bien. La autoestima es fundamental». El segundo: «Que nadie debe ser tratado mal». .