Mientras se montan los pasos de Semana Santa se deben usar peucos que cubran los zapatos, tipo hospital, y hay que evitar pisar las peanas de las imágenes aunque se lleven los zapatos protegidos. Ésta es sólo una de las recomendaciones que la Junta Mayor de Hermandades de Alicante está remitiendo a las cofradías ahora que ultiman los ensayos y empiezan a preparar los pasos, a vestir las imágenes y a sacar enseres, cruces y telas. Son consejos expertos de la restauradora municipal, Luisa Biosca, para que el patrimonio de una celebración con más de 400 años de historia y que aspira a ser Bien de Interés Cultural luzca en toda su plenitud. De hecho, sugiere a las hermandades realizar un inventario escrupuloso de bienes.

A la hora de montar los pasos, la restauradora recomienda quitarse los anillos, pulseras y relojes pues «pueden arañar la policromía, enganchar bordados o ser causa de cualquier otro tipo de daños». También aconseja utilizar bata o mandil sobre la ropa, «con ello evitaremos accidentes con los botones, cinturones o bolsillos de las camisas». Para la manipulación de imágenes o enseres, señala, deben usarse guantes de algodón limpios «y si en la maniobra el peso hace peligroso su uso, los hay con puntos de goma antideslizante».

También se recomienda diseñar de antemano las maniobras de montaje y desmontaje de las imágenes, sobre todo si son elementos pesados. «Todo el mundo debe tener claro qué debe hacer, y ha de haber una persona que dirija el movimiento pero que no sea parte activa en la maniobra para poder ver la operación. Todos a la vez gritando y por fuerza bruta puede traer accidentes innecesarios». Y tanto cuando el paso está ya montado para salir a la calle como en capilla o guardado, «no se deben exponer los elementos a cambios bruscos de humedad o temperatura. Hay que evitar la incidencia del sol directo. Con los pasos que salen de día en procesión es imposible tomar esta medida, pero sí en la preparación o el almacenado».

No es raro que llueva durante la Semana Santa en Alicante. Por si acaso, la restauradora municipal recomienda a las hermandades llevar plásticos preparados para tapar las imágenes y avisar a las iglesias o espacios amplios cercanos al recorrido donde se puedan resguardar, evitando la sorpresa de que puedan estar cerrados.

«Hay que parar la procesión y ponerles plásticos a los mantos e imágenes, apagando todas las velas que puedan seguir encendidas bajo el palio». Una vez a resguardo, finalizado el desfile, hay que quitar las prendas mojadas de la imagen y extender las telas «en plano y aireadas». Los vestidos deben secarse por separado porque pueden desteñir, «y en horizontal porque el peso añadido del agua puede desgarrar las fibras».

Para secar las imágenes lo mejor es utilizar papel secante, aunque también sirven los rollos de cocina y los kleenex, sin frotar ni apretar, eliminando el agua con cuidado de pliegues y recovecos. Y nada de secadores ni fuentes de calor. También es mejor evitar las corrientes. «Y hay que asegurarse de que están bien secas antes de ser guardadas» ya que puede estropearse la policromía.Estos consejos sirven para la orfebrería, el pan de oro y la plata, que se pueden secar con paño de algodón.

Una vez que acabe la procesión, las imágenes deben guardarse para el año siguiente limpias y secas. Con pinceles suaves o brochas de maquillaje de pelo blanco puede quitarse el polvo y otros elementos que puedan haber caído sobre las esculturas durante su recorrido por las calles. Y cada imagen debe tener su propia brocha para evitar contagio de hongos.

Las tallas sin capilla que se guardan en almacenes durante el año deben introducirse en cajas de madera de museo, a medida, con sujeciones internas y acolchadas, «y protecciones libres de ácidos, envueltas en sábanas blancas, sin suavizante ni aprestos». Los mantos deben guardarse enrollados en terciopelo con los bordados hacia fuera, en cajas especiales o envueltos en tela blanca, de uno en uno.

En cuanto a la orfebrería, no se limpia con tiza ni bicarbonato ni pasta de dientes «ni otros trucos caseros que pueden arañar» y oxidar los metales. Las joyas con agua tibia, jabón neutro y un cepillo de dientes infantil, mientras que tanto las imágenes como las telas y las cruces deben guardarse con un producto preventivo contra xilófagos (insectos de la madera) como el paradicloro de benzeno presente en las pastillas antipolillas que se venden en el supermercado.