El fiscal del caso del asesinato de la viuda del expresidente de la CAM describe en un escrito remitido al juez que instruye la causa hasta qué punto estaban deterioradas las relaciones familiares de los Sala a cuenta del conflicto por el control de las empresas. Desde la acusación pública se relata cómo María del Carmen Martínez «había comentado a sus allegados que la relación era inexistente desde septiembre» (tres meses antes de su muerte) y que incluso «era empujada por una de sus hijas cuando se cruzaba con ella». La situación era tensa hasta el punto de aconsejarle uno de sus empleados que «era mejor que no coincidiese con ella (por su hija) en las escaleras», asegura el representante del Ministerio Público al juzgado en un escrito presentado antes de que se decidiera la libertad bajo fianza del yerno de la víctima, Miguel López, encarcelado 39 días por la muerte de su suegra. La posibilidad de que se encontraran en las escaleras era alta, ya que las oficinas de la empresa están situadas dentro del mismo edificio en el que vivía María del Carmen dentro de la finca familiar de los Sala.
En su escrito, el fiscal relata otros incidentes como el hecho de que uno de los hijos de Miguel López hiciera a su abuela una señal de degüello; mientras que otro, el mismo día de la muerte de María del Carmen, colgó en una red social el mensaje «jaque mate». Para el acusador público, estos incidentes muestran el clima de «violencia y animadversión» que existía en la familia hacia la víctima.
Con este panorama de fondo, la Fiscalía expresa su extrañeza por el hecho de que el sospechoso saliera el día del crimen a recibir a la víctima y a su hermana cuando ésta la llevó a recoger su coche a Novocar. En su escrito incide en que Miguel López nunca atendía personalmente a María del Carmen cuando iba a la empresa a recoger un coche y tampoco la saludaba.
El teniente fiscal José Llor considera en su escrito que el principal perjudicado por el asesinato es el primogénito de la víctima, Vicente Sala Martínez. Y señala que aunque su madre le dejó sus acciones en el testamento, éste se ha quedado en minoría con respecto a la suma de acciones de sus tres hermanas al perder el apoyo de la participación privilegiada de su madre. A juicio del fiscal, la transmisión de la acción de oro a Vicente Sala Martínez tras la muerte de su madre es prácticamente inviable dados los términos en los que está redactado el testamento del padre. María del Carmen Martínez estaba decidida a que se cumpliese la voluntad de su marido de que su hijo llevase la dirección de la empresa de los plásticos (Samar) y en ese sentido lo había apoyado en la junta de accionistas de septiembre de 2016 en la que estalló el conflicto familiar, relata el fiscal. Desde la acusación pública se minimiza el efecto de la propuesta del abogado Antonio Moreno para atenuar los efectos de la acción de oro a fin de aplacar tensiones.
«Dicha solución ni siquiera fue planteada por María del Carmen a sus hijas, dada la situación de incomunicación total que existía en aquellos momento y fue rechazada por Vicente Sala porque llegó demasiado tarde», relata el fiscal que incide en que el primogénito perdió la protección empresarial de su madre tras su muerte.