¿Qué padre no ha oído alguna vez aquello de «yo quiero ser bombero»? Un deseo que para Manuel Arenas, sargento del Consorcio Provincial de Bomberos, se queda en la niñez porque llevarlo a la práctica tiene su miga, como demostraron ayer junto a los profesionales del Servicio de Prevención y Extinción de incendios de Alicante ante la atónita mirada de centenares de estudiantes.

Los bomberos llevaron a cabo un hipotético rescate en un barranco, helicóptero incluido, a modo de práctica dirigida tanto a captar el interés por la profesión de los alumnos de Secundaria y de Bachillerato, como a incentivar en su decisión a los que este curso estrenan en el propio Instituto Leonardo Da Vinci de Alicante -organizador de estos talleres de salvamento-, el ciclo de FP en Emergencias y Protección Civil de grado medio.

«La protección individual del profesional, según el nivel de emergencia de la actuación de que se trate, es decisiva», les explicaba un poco más tarde el propio sargento Arenas, ante una muestra de los distintos trajes que usa un bombero en función el grado de peligrosidad. «En un entorno de líquidos corrosivos, por ejemplo, se necesita una impermeabilidad absoluta», recomienda.

Trajes que molan

Los trajes más coloridos y grandes, los que más llamaban la atención de los estudiantes, son precisamente «los que más riesgo implican», les decía.

A David Ferré, en primer curso del ciclo medio de FP, la práctica de los bomberos les parece « muy chula», pero también confiesa que «hay que estudiar mucho y con la teoría entiendes porqué se hacen las cosas de una manera determinada».

En realidad quería opositar a Policía Nacional y el ciclo de emergencias le pasó por delante. «Creía que sería una formación muy general, pero si quieres ser bombero, no hay nada mejor, te engancha».

A su lado, Sergio Mira, estudiante del ciclo de Emergencias Sanitarias, observa extasiado las técnicas de salvamento de los bomberos. «De verlo a hacerlo hay mucha diferencia pero pienso hacer los dos ciclos. Las maniobras de inmovilización y traslado del herido son similares y la atención sanitaria es muy necesaria».

A Sergio le priva sentir que puede ayudar a la gente en situaciones complicadas. «Te planteas si sabrás reaccionar ante una situación crítica pero para eso nos estamos formando», añade.

Son los «salvadores del mañana», como apunta la profesora Loida Moya, jefa de departamento de la familia de Seguridad y Medio Ambiente en el IES Da Vinci, donde también forman a los futuros técnicos sanitarios que conducirán ambulancias y harán la primera evaluación y traslado del paciente;además de a los Coordinadores de emergencias y protección civil que optan a ser mandos.

El instituto se convirtió en un monumental escenario para prácticas de salvamento a gran escala: en altura, de montaña, con perros, marítimo o de excarcelación de un coche, por ejemplo.

Los talleres nos llevan ante otro profesional de Enfermería que explica ante un maniquí la normativa más actualizada sobre primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar para que los estudiantes la pongan en práctica y sean capaces de salvar vidas de la forma más ágil posible. «Si no se sabe tomar el pulso basta con comprobar si respira o esta consciente, y si no es así, 30 comprensiones y dos ventilaciones, apunta Loida.

Técnicas de natación

Y en la siguiente carpa, Víctor Gallardo, profesor especialista en el ciclo de FP de Protección Civil, muestra el material y las claves de todo salvamento marítimo.

«Los alumnos tienen que conocer las técnicas básicas de la natación», aclara, como que para salir de una resaca o corriente hay que nadar en diagonal, nunca en perpendicular. O la vital importancia de un buen material de salvamento, insumergible y flexible, para que el accidentado no se suelte.

Una matrona les hizo ver cómo atender un parto extrahospitalario: «Si está bien colocado, basta con ayudar», explicaba.

Y cuando la cosa se complica «pues evitar el parto, introduciendo la mano en la vagina, y diciéndole a la mujer que no empuje». Lecciones de vida en forma de prácticas de FP.