Los ponis atados en un carrusel de feria, con niños a lomos y dando vueltas una y otra vez a paso lento en torno a un mismo eje, van a ser prohibidos y pasarán a ser en breve una estampa del pasado. La inminente Ley sobre Protección, Bienestar y Tenencia de Animales de Compañía de la Comunidad Valenciana prohibirá en su articulado, de manera explícita, las «atracciones feriales giratorias con animales vivos atados y otras asimilables», así como «utilizar animales en carruseles de feriascarruseles de ferias». De ese modo figura en el borrador del anteproyecto de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, que debe ser sometido al consejo consultivo en materia de protección de animales de compañía y luego pasar el trámite parlamentario en las Corts. La norma pretende avanzar en el proteccionismo de los derechos del animal y sustituir la ley de 1994 .

, incluye la prohibición de «los espectáculos de circo con animales pertenecientes a la fauna salvaje». Esta medida, implantada en 2015 en la ciudad de València y replicada en otros municipios, se extenderá ahora a todo el territorio autonómico por orden de la Generalitat. El anteproyecto de ley también impide realizar «matanzas públicas de animales», así como peleas de perros o de gallos.

La ley, que deja fuera de su ámbito de aplicación los espectáculos taurinos autorizados y no alude ni a los animales del tiro y arrastre o la colombicultura, recalca que hay que «tratar a los animales de acuerdo a su condición de seres sintientes». Nada de mercancía. En ese sentido, prohíbe la utilización de los animales como reclamo con fines económicos. Un ejemplo: «Los animales destinados a la venta no se podrán exhibir en escaparates o zonas expuestas a la vía pública, alojándolos en un lugar adecuado dentro del establecimiento».

Tampoco permite el uso de animales en ferias, exposiciones, concursos, exhibiciones, filmaciones, sesiones fotográficas o cinematográficas con fines publicitarios o cualquier otra actividad similar, sin la correspondiente autorización del ayuntamiento en cuyo municipio se desarrolle esta actividad.

Otro de los ejes del borrador, todavía no público, es la tendencia a controlar la hiperpoblación de animales en la sociedad. Por ello, la ley entroniza como uno de sus principios básicos «la planificación de la reproducción de los animales», así como su «compra, cría y venta responsable». Es el camino, reivindica la norma, «para evitar la superpoblación y, en último término, el abandono». De hecho, aunque puede resultar controvertido para alguno de los agentes implicados, la Generalitat contempla la opción de exigir la esterilización de los animales de compañía puestos a la venta por centros autorizados.

El espíritu de la norma, aunque no lo explicite de este modo, es tender hacia el «sacrificio cero» de animales abandonados. Las sanciones van desde los 100 a 600 euros por infracciones leves, como la posesión de perros no censados, a una multa de 1.200 a 3.000 euros por infracciones muy graves.