Agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante y de la Brigada Central de Crimen Organizado detuvieron tres días después del asesinato de María del Carmen Martínez a un fugitivo que huyó de Alemania tras disparar en dos ocasiones a un hombre por un asunto relacionado con el tráfico de drogas, y que tenía una Orden Europea de Detención y Entrega.

Se trata de un ciudadano de nacionalidad colombiana de 39 años al que la justicia alemana le imputa los delitos de tentativa de homicidio, lesiones peligrosas e infracción de la Ley sobre Armas Alemana. Además de efectivos de las brigadas antes citadas también se desplazó desde Alemania una comisión de la Policía y Fiscalía de la República Federal Alemana.

El detenido, que fue arrestado el 12 de diciembre, el lunes siguiente al asesinato de María del Carmen Martínez, disparó en dos ocasiones a su víctima por un asunto relacionado con el tráfico de estupefacientes, huyó de Alemania y se afincó en esta zona. En Alicante se practicó un registro domiciliario en el que se intervino una gran cantidad de material informático y telefónico, varios dispositivos de memoria y veinte gramos de cocaína. El arrestado fue puesto a disposición de la Audiencia Nacional.

Los agentes que trabajaban en el esclarecimiento del asesinato de la viuda de Vicente Sala rastrearon también los movimientos del presunto sicario por si podía guardar alguna relación, pero esta posibilidad quedó descartada tras realizar las pertinentes comprobaciones.

Así consta en el sumario y fue ratificado por el inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Violenta ante el magistrado José Luis de la Fuente, instructor del caso, en una comparencia en la que el funcionario confirmó las pesquisas que apuntan a Miguel López, yerno de la fallecida, como autor material del crimen.

En el trascurso de estas declaraciones, los agentes de Seguridad Ciudadana que fueron los primeros en acudir a Novocar (el negocio de automoción de la familia Sala regentado por el yerno donde se produjo el crimen), no sólo atribuyeron a un «error de transcripción» el que hicieran constar por escrito que el encargado del lavadero, Herminio Fuentes, había visto a la víctima antes de los disparos cuando el sospechoso ya se había marchado de Novocar, sino que incidieron en el «nerviosismo» de Miguel López esa noche y en las reiteradas ocasiones en que ante sus empleados dijo en voz alta que él ya se había marchado cuando tirotearon a su suegra.

Los agentes explicaron que el sospechoso llamó en esos momentos a un amigo de familia, que también es policía aunque sin relación alguna con la investigación de este asunto.

En otro momento de estas declaraciones los funcionarios policiales se refirieron también a la posibilidad de que el yerno de la fallecida y gerente del negocio de automoción hasta su ingreso en prisión hace algo más de un mes, estuviera «haciendo negocios al margen de la empresa» al no aparecer al menos una de las ventas a las que se alude en la contabilidad del negocio.

Por otro lado, el magistrado ha ordenado analizar la graduación de las gafas halladas junto al cadáver de la víctima para confirmar que son suyas, como declaró su hermana.