Un «error de transcripción» llevó a los dos agentes de Seguridad Ciudadana, los primeros en llegar a Novocar después de que asesinaran a María del Carmen Martínez, a afirmar por escrito que el encargado del lavadero, Herminio Fuentes, vio a la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala a las 18.55 horas de aquel 9 de diciembre antes de que le dispararan. Un dato que exculparía como autor material a su yerno Miguel López, principal sospechoso de su muerte y preso desde hace más de un mes por ello, ya que a esa hora estaba en la finca en la que se encuentra su casa, a donde se había ido desde Novocar. Los efectivos explicaron ayer al juez que no tenían ninguna duda de que el empleado vio a la víctima a esa hora, nada más llegar de la calle, pero ensangrentada, por lo que ya la habían tiroteado, concretaron.

Esta corrección fue la principal novedad de las declaraciones que ayer se prestaron ante el magistrado José Luis de la Fuente, quien investiga el crimen de la matriarca de los Sala y ante el que comparecieron el inspector jefe del grupo de Delincuencia Violenta, instructor de las diligencias, y el compañero que actuó como secretario, además de los dos agentes antes citados, que aportaron más detalles, ninguno favorable al sospechoso. Así, destacaron el nerviosismo de Miguel López aquella noche (personas de un entorno insisten en su carácter hiperactivo agravado por el hecho de que acababan de matar a su suegra en su negocio), que se le tuviera que llamar la atención por querer ir al baño cuando la inspectora jefe de la Brigada de Policía Científica había indicado que nadie se moviera del lugar porque se iba a practicar la prueba de la parafina, o que en ese momento quisiera que estuvieran presentes dos personas que se encontraban junto al establecimiento de automoción que él identificó como abogados de la empresa, a los quienes no se les permitió el acceso.

Recrear los disparos

Los cuatro policías comparecieron a petición del abogado que defiende a Miguel López, quien va a reiterar su petición para que se recreen los dos disparos que acabaron con la vida de María del Carmen una vez que la Policía Científica ha puesto ya a disposición del juez el material adecuado para realizar esta prueba, tal y como ayer publicó este diario.

Por lo demás, el inspector jefe de Homicidios, empleó unos 40 minutos de las más de dos horas que estuvo declarando en realizar una exposición detallada de la investigación que concluyó con que el yerno de María de Carmen era el autor de su muerte.

El inspector jefe, que ratificó ante el juez todas las pesquisas, explicó que inicialmente se barajó la posibilidad de un sicario pero que tras comprobar entradas y salidas a la ciudad, bases de datos y establecimientos hoteleros y hosteleros, se descartó esa hipótesis, al igual que previamente se había hecho con la del robo.

A la pregunta de por qué de las intervenciones telefónicas se descartó desde el principio interceptar las del hijo mayor de la víctima, Vicente Sala Martínez, y las de toda su familia, cuando con sus hermanas, cuñados y hasta el resto de los nietos se había tomado esta medida, el inspector jefe explicó que porque no había ninguna duda respecto a él ya que desde que primer momento se comportó como una persona normal, como un hijo al que acababan de matar a su madre. El agente agregó en este punto que incluso se pinchó el teléfono de la hermana de la fallecida, Antonia Martínez, porque en su primera declaración hubo algún detalle que les provocó dudas.

El testigo concretó que aunque una vez conocido el conflicto familiar por el control empresarial centraron las sospechas en el núcleo más próximo a la fallecida, el punto de inflexión en el que los investigadores comenzaron a apuntar a Miguel López como sospechoso fue justo una semana después del crimen. Entonces detectaron, relató, que el marido de la hija menor de María del Carmen había ocultado la parada que hizo en su casa cuando, tras ser avisado estando en la vivienda de su cuñada Tania de que a su suegra le había ocurrido algo, entró unos minutos en su casa antes de salir para Novocar.

También se dieron cuenta, según explicó este efectivo, que el sospechoso les ocultó que el jefe de taller, quien le telefoneó para darle la noticia, le comunicó desde el primer momento que su suegra había sido tiroteada porque había localizado los casquillos en el interior del coche.