Los responsables de la fábrica de aluminio de Alicante, Aludium, no están nada contentos con el carril bici que construye el Ayuntamiento en el acceso sur de la ciudad, cuyas obras comenzaron hace aproximadamente tres semanas. El presidente de la compañía, Manuel Ruano, calificó ayer de «chapuza» el proyecto y alertó de los problemas de tráfico y de seguridad que generará el estrechamiento de la calzada de la avenida de Elche, que supone el único acceso a la factoría, la mayor industria que queda en la ciudad.

Ruano advirtió, además, de que estos cambios en el viario podrían afectar directamente a la estructura de costes de la fábrica ya que, entre otras cosas, podrían frustrar el proyecto que tiene la firma para emplear «megacamiones» en los intercambios que realiza entre su factoría alicantina y la que posee en Amorebieta. La materia prima de la planta de Agua Amarga son las bobinas que llegan de las instalaciones del País Vasco que, a su vez, se encarga de reciclar los sobrantes de Alicante, lo que supone un flujo de más de 100.000 toneladas anuales de aluminio.

Gracias al empleo de estos tráilers, que permiten desplazar hasta 40 toneladas en un solo trayecto frente a las 25 de los camiones normales, la firma esperaba rebajar hasta un 10% sus gastos de transporte, que ya son más caros que los de sus competidores por la falta del Corredor Mediterráneo de ferrocarril. Al respecto, la compañía ya ha obtenido los permisos de la Guardia Civil para realizar estos trayectos con «megacamiones» y sólo estaba pendiente de las autorizaciones de las policías locales de Amorebieta y la propia Alicante. «Mucho nos tememos que va a ser imposible», lamentó el directivo.

No les informaron

Lo más sorprendente del caso es que, según afirmó a este diario Manuel Ruano, desde el Ayuntamiento no contactaron en ningún momento con la factoría antes de poner en marcha el proyecto, a pesar de que les afectaba de lleno. «Cuando nos quejamos al ver las obras nos dieron como respuesta que había estado expuesto en la web», aseguró.

Fue tras estas averiguaciones cuando Aludium descubrió que la construcción del carril bici iba a suprimir el semáforo que actualmente regula la entrada y salida de camiones de la fábrica y que también se les iba impedir girar a la izquierda, en dirección a la autovía de Madrid, que es su salida natural. Por contra, se les obligaba a dirigirse a Ciudad de la Luz para dar la vuelta allí.

Inmediatamente, la compañía solicitó reunirse con el alcalde, Gabriel Echávarri, y otros responsables municipales y logró que se rectificara al menos esta cuestión «que era fundamental para el funcionamiento de la fábrica», aunque se mantienen muchas incógnitas.

«No sabemos si continuará el carril de desaceleración que permite a los camiones reducir su velocidad para entrar en el recinto sin molestar al resto del tráfico y, sobre todo, nos preocupa la seguridad. Nos da la sensación de que los vehículos van a pasar rozándose y tampoco inspira mucha confianza que los ciclistas vayan a circular pegados a una calzada por la que transitan tantos camiones», señaló Ruano.

Según el proyecto que el consistorio tiene colgado en su web, con la construcción del carril bici la calzada se estrechará en diversos puntos hasta los 6,36 metros, lo que supone 3,18 metros por carril, de los que habría que descontar los arcenes.

Eso sí, Aludium aseguran que no solicitarán la paralización de las obras para no generar conflictos - «no somos nadie para decir lo que tiene que hacer el Ayuntamiento», defendió ayer su presidente-, aunque insiste en los problemas que ocasionará. En este sentido, recuerdan que el proyecto original era que esta vía ciclista discurriera al otro lado de la vía del tren, junto con un paseo peatonal, y ponen en duda que exista una demanda urgente de esta infraestructura, a pesar de que otras instituciones ubicadas en la zona han reclamado en reiteradas ocasiones su puesta en marcha.